Desde el vamos se puede interpretar como ‘caprichosa’ la decisión de incluir a una radio, canal de TV, diario o medio digital en tal o cual categoría.
Es más, el método es absolutamente contradictorio con lo que realiza el gobierno nacional –por ejemplo- con las radios legales: en el ex COMFER primero se confeccionaron las categorías y luego los interesados se inscriben en la que deseen, aunque –por supuesto- deben cumplir con los requisitos necesarios (técnicos, contables, legales, etc.) para estar dentro de las mismas.
Además, la elección de los medios en cada clase es claramente opuesta a lo que expresa el Decreto, que señala que “la categorización (A,B,C,D) dentro de cada clase de Medio de Comunicación estará definida en base a parámetros tales como la incidencia en el universo demográfico, producción propia y costos de producción.
En ese sentido, cualquier funcionario que mínimamente conozca los medios de comunicación en los que habitualmente publicita el Estado rionegrino debería saber que entre los medios clasificados como A existen algunos que no tienen ningún tipo de producción propia y, por lo tanto, ‘cero’ costo de producción.
También se advierten sitios digitales con nombres diferentes que pertenecen a una misma empresa (o persona) y cuyas informaciones son exactamente las mismas, aunque colocadas en los portales en distinto orden a efectos de evitar ser iguales entre sí.
No hay que olvidar las obligaciones que las empresas periodísticas deben cumplir con el Estado Nacional. Es por ello que podemos afirmar que, por ejemplo, en el listado hay radios que no están autorizadas por la Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual (AFSCA).

Estamos totalmente de acuerdo con que la distribución de la publicidad oficial en las últimas gestiones del radicalismo fue discriminatoria, exagerada (en montos) y descontrolada. Ello se produjo particularmente a partir de las asunciones en el área de Comunicación de la Provincia de Omar Livigni (durante el gobierno de Pablo Verani) y Claudio Mozzoni (funcionario de Miguel Saiz).
Pero estos primeros pasos del Frente para la Victoria también marcan una actitud de discriminación y basada en el ‘apoyo’ o la ‘represalia’ de acuerdo al acompañamiento que se haya brindado al proyecto político que encabezó Carlos Soria.
LA PALABRA
Acceda aquí a la publicación oficial