La pertenencia de Olguín a Causa Nacional y Popular, el sector del Justicialimo que se referencia con el legislador César Miguel, fue determinante para la decisión del Gobernador Alberto Weretilneck, de pedirle la renuncia, en el marco de la crisis del Frente para la Victoria. Las críticas que el abogado dejó entrever a la conducción de la empresa y a los lineamientos impuestos por el propio mandatario, se sumaron a las motivaciones.

La de Olguín no fue la única renuncia de los últimos días. También dejó una Dirección el subsecretario de Ciencia y Tecnología de la Provincia, Daniel Quattrini, quien en las últimas horas habría elevado la nota de alejamiento al cargo. Tal como adelantó ANB, Quattrini no seguirá al frente de la Subsecretaría, y fuentes del Ejecutivo provincial indicaron a este medio que la renuncia ya habría sido presentada.

Olguín hizo pública una nota en la que cuestionó la "miopía" del Gobierno rionegrino, y su alejamiento de los lineamientos del proyecto que encabeza la Presidenta Cristina Fernández.

Además, el ahora ex integrante del Directorio de ALTEC repasó su gestión de 31 meses, y destacó que impulsó la suscripción del "primer acuerdo comercial con esa empresa para la provisión de conectividad satelital en distintos objetivos del interior de la provincia. Seguramente, si las futuras autoridades de la empresa ven la importancia geopolítica del tema, será el inicio de un camino sin fin", indicó. Y detalló: "Siguiendo con esa línea, tomé contacto con la empresa de telecomunicaciones francesa Duons, con quien en los próximos días se perfeccionará la asociación empresaria, en la cual, Duons aportará el 100 por ciento del capital y cederá a Altec el 51 por ciento del mismo, con una inversión prometida de 50 millones de dólares".

Recordó que al iniciar su gestión -en diciembre de 2011-, "ante la caótica situación administrativa, económica y financiera de la empresa, las directivas eran liquidar la misma y convertir la sucursal Viedma en la Secretaría de Comunicaciones de la Provincia. Eso hubiera llevado a que los 50 empleados de la casa central y de la fábrica, todos de San Carlos de Bariloche, hubieran sido despedidos. Asumí el desafío de creer que la empresa era viable y su recuperación resultaba posible, aún más creí que había que potenciarla y tomé por premisas la genuina promoción de fuentes de trabajo, la investigación y el desarrollo de nuevas tecnologías, la producción y la sustentabilidad económica, lo cual implicaba, en sus proyectos, un destino de bienestar y el crecimiento colectivo para sus empleados y para todos los rionegrinos", puntualizó.

Luego de enumerar detalles de su gestión, Olguín aseguró finalmente que "30 meses después de haber asumido la gestión, junto con mis compañeros de Directorio, puedo decir que se han cumplido todos los objetivos y aún más. Sin duda seguiré trabajando desde el lugar que me toque de ahora en más, como lo he hecho siempre, para que la gente pueda ser un poco más feliz", concluyó. (ANB)

La despedida de Olguín

Estimados Cros/as. y Amigos/as, después de 31 meses de gestión como Director de la empresa estatal de la Provincia de Río Negro Alta Tecnología Sociedad del Estado (ALTEC S.E.), el Gobernador me pidió que renunciara, y eso hice en el día de hoy.
A modo de resumen y para resaltar algunos pormenores de mi gestión, puedo decirles que al iniciar la misma (20/12/11), ante la caótica situación administrativa, económica y financiera de la empresa, las directivas eran liquidar la misma y convertir la sucursal Viedma en la Secretaría de Comunicaciones de la Provincia.
Eso hubiera llevado a que los 50 empleados de la casa central y de la fábrica, todos de San Carlos de Bariloche, hubieran sido despedidos.
Asumí el desafío de creer que la empresa era viable y su recuperación resultaba posible, aún más creí que había que potenciarla y tomé por premisas la genuina promoción de fuentes de trabajo, la investigación y el desarrollo de nuevas tecnologías, la producción y la sustentabilidad económica, lo cual implicaba, en sus proyectos, un destino de bienestar y el crecimiento colectivo para sus empleados y para todos los rionegrinos.

Nuestra gestión se inicia con una empresa sometida a una crisis profunda y estructural, económica y financiera; asfixiada en cuantiosas deudas (más de $ 30.000.000.-), con exigua producción tecnológica propia y obligaciones contractuales en severo riesgo de continuidad.

Ilustran este estado de fragilidad los reiterados incumplimientos con la Administración de Ingresos Públicos (AFIP) referidos a diversos ítems impositivos y más, agravándose sobremanera, en razón de retenciones contributivas al Sistema de Seguridad Social por montos que superan los 4,5 millones de pesos, nunca conciliados y comprometidos en planes de cancelación luego defeccionados. Misma circunstancia se advertía en la relación de la empresa con el organismo tributario provincial en tanto contribuyente y agente de retención.

Deudas con diversas entidades financieras privadas, créditos en principio imaginados como herramienta de desarrollo de proyectos productivos, que fueron pronto desvirtuados y aplicados a la cancelación de gastos corrientes, que ascendían a los 4 millones de pesos; falta con la banca a la que se agrega el sobregiro de cuentas, entonces estimado en 2 millones de pesos, excediendo largamente los acuerdos bancarios comprometidos.

La empresa padecía de áreas administrativas sobredimensionadas que adscribían incluso una delegación en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires a un proyecto deficitario; áreas técnicas integradas por personal no calificado involucrado en proyectos que excedían su capacidad, y cargos gerenciales privilegiados con remuneraciones desproporcionadas sin que les impidiera ello, además, percibir premios y bonificaciones extrasalariales.

Al tiempo que se apreciaba la contratación sin pauta ni criterio de presuntos asesores que no aportaron beneficio alguno a la empresa, el personal competente aparecía postergado en sus funciones y posibilidades creativas.

La mayoría de los contratos por prestación de servicios informáticos con el Estado provincial se encontraban vencidos, obsoletos; algunos de ellos subejecutados, incumplidos y pendientes de cobro. A la vez, de aquellos contratos atinentes a la prestación del Servicio de Estacionamiento Medido celebrados con organismos públicos fuera del ámbito provincial, surgieron graves incumplimientos por parte de ALTEC S.E., poniéndolos en condición de rescindibles y con ello a la empresa en situación pasible de ser sancionada con la aplicación de millonarias multas, con el consecuente detrimento de su patrimonio y el no menos importante aunque más difícilmente cuantificable deterioro de su imagen pública.
En estos dos años de gestión, la totalidad de la inmensa deuda heredada, fue cancelada.
Se rescindieron los contratos antieconómicos, se renegociaron los que podían ser rentables y se suscribieron nuevos, tanto con organismos de la Provincia de Río Negro, como con otros Estados Provinciales y Municipios de diferentes provincias (Santa Fe, San Fracisco (Cba.) Victoria (ER), Río IV (Cba.), encontrándose en vías de concreción la venta del sistema de estacionamiento medido en Río Grande (Tierra del Fuego)).
Promoví la sanción de la Ley 4829 (proyecto del Leg. César Miguel), que reformuló los objetivos sociales de la empresa, convirtiéndola en una empresa de telecomunicaciones.
En ese sentido, y no sin obstáculos, tomé contacto con Arsat, en principio con el amigo Pablo Togneti y luego con Matías Bianchi, ambos Presidentes de dicha empresa, con el objetivo de introducir a la provincia en el negocio de las telecomunicaciones acompañando el modelo del Gobierno Nacional, complementando a la misma en la administración de la Red Federal de Fibra Óptica.

Recientemente, se pudo suscribir el primer acuerdo comercial con esa empresa para la provisión de conectividad satelital en distintos objetivos del interior de la provincia. Seguramente, si las futuras autoridades de la empresa ven la importancia geopolítica del tema, será el inicio de un camino sin fin.
Siguiendo con esa línea, tomé contacto con la empresa de telecomunicaciones francesa Duons, con quien en los próximos días se perfeccionará la asociación empresaria, en la cual, Duons aportará el 100% del capital y cederá a Altec el 51% del mismo, con una inversión prometida de U$S 50 millones, e iniciando quizás antes de fin de año en la localidad de Ingeniero Jacobacci, muy cerca de Clemente Onelli, pueblo que hizo famoso en la década de los 90, una publicidad de Telefónica de Argentina. Curiosamente, hoy más de 20 años después, la tecnología desplegada en la zona por dicha empresa, es la previa a la privatización.

En la ley de reformulación del objetivo social de la empresa, se estableció también que Altec sería proveedor exclusivo de productos informáticos y de telecomunicaciones del Estado rionegrino.

Así se pudo poner en funcionamiento la fábrica que la empresa posee en el barrio Ñireco de esta ciudad, la cual en diciembre de 2011, no llegaba a ser un simple taller y hoy cuenta con 20 empleados y pasantes de colegios industriales de la ciudad.

Actualmente se producen todas las PC que se le venden a precios muy por debajo de los de mercado a la provincia (se han producido más de 1000), las máquinas de captación de juegos de azar de las provincias de Río Negro, Corrientes, La Rioja, Catamarca, Tierra del Fuego, los parquímetros de estacionamiento medido que se encuentran diseminados por varias ciudades de las distintas provincias argentinas, y todo otro producto diseñado por los técnicos y profesionales de la empresa, tanto en lo electrónico como informático.

Hoy 30 meses después de haber asumido la gestión, junto con mis compañeros de Directorio, puedo decir que se han cumplido todos los objetivos y aún más.

Lamentablemente, la miopía y el egoísmo de quienes conducen la provincia y su distanciamiento del proyecto nacional y popular, como de las ideas del justicialismo, hacen que la misma haya perdido completamente el rumbo

Sin duda seguiré trabajando desde el lugar que me toque de ahora en más, como lo he hecho siempre, para que la gente pueda ser un poco más féliz.

Fuerte abrazo y gracias.

Jorge Luis Olguín