Según detalló, el juez Pablo Repetto -quien tiene a cargo la ejecución de su pena- le había manifestado que podría viajar cada tres meses, pero hace seis que no lo hace. 

El miércoles por la noche tomó la decisión ante la falta de respuestas a una serie de escritos que envió a la Justicia. Comenzó una huelga de hambre y se cosió la boca. 

LM Cipolletti se comunicó con un compañero del recluso, quien hizo de traductor del rebelde y comentó que la situación es grave porque está muy deprimido. “Meses atrás lo salvamos de que se ahorque. El director del Penal lo está ayudando pero las decisiones las toma la Justicia y no le han dado ninguna respuesta a sus reclamos”, explicó. 

Lo que exige es un régimen de visitas de consolidación familiar que, según el recluso, le habría prometido el juez Repetto. “Su familia no puede viajar y ahora tampoco puede ir él. Tiene a su madre muy enferma y hace muchos meses que no ve a su hijo de 5 años. Él se la pasa acostado porque está deprimido”, agregó el compañero de celda. 

También habría solicitado poder trabajar dentro de la cárcel pero, según relató su compañero, tampoco habría tenido acceso a esa posibilidad. “Hay muchas cosas que están mal acá dentro. No le dan oportunidad de trabajar y tampoco contestan los escritos que les mandó. Siempre tienen una excusa, mi favorita es: no hay combustible para llevarlo”, concluyó el reo. 
“Si quiere que se mate”

La pareja del recluso, Silvia, también inició gestiones, aunque no tuvo eco en tribunales y denunció a un magistrado por responder con ironía a su solicitud. Contó que cuando supo de que se había vuelto a coser la boca fue a pedir ayuda a los magistrados y que sólo pudo intercambiar algunas palabras con César Gutiérrez Elcarás, quien le habría dicho: “Si se quiere matar que se mate”. A pesar de numerosos intentos, no fue posible contactar al funcionario para conocer su versión.

La mujer aclaró que luego le explicaron que debía contactarse con el defensor y, según su relato, le pidieron que dejara de ir a Tribunales.