Alarma, además, que, de concretarse la preocupante iniciativa, tierras pertenecientes a una honorífica institución local, actualmente afectadas a la plausible tarea de fomentar la cultura deportiva en nuestros niños y jóvenes, satisfaciendo el adagio mente sana en cuerpo sano, se destiñen a una actividad totalmente contrapuesta en su finalidad.
No es esta la primera vez que, en sus 67 años de vida, la Cámara de Comercio, Turismo, Industria y Producción advierte sobre intenciones y decisiones que no sólo afectan a los sectores que la entidad representa, sino a la comunidad en su conjunto. Pero, evidentemente, la cuestión que nos ocupa es de una seriedad mayor. Quienes han padecido y los que sufren el drama del juego, encarnado en la Ludopatía, saben de qué estamos hablando, un flagelo que generalmente se desarrolla puertas adentro, pero que es motivo de quebrantos económicos causando el desmembramiento de muchas familias.
Pero en este caso, la envergadura del problema supera la lucha individual. Demanda el compromiso de todos los que tomen conciencia de su magnitud. Por ello, a días de la reunión en que vecinos del barrio Don Bosco y aledaños, junto a otras entidades, expresaron su oposición al traslado, y tras la reciente presentación del proyecto por parte de dirigentes del Club Sol de Mayo, nos resulta preocupante la inacción de algunos sectores políticos y el silencio de otras instituciones y actores de la sociedad sobre esta cuestión. Y no únicamente rechazando la iniciativa, sino reclamando la cancelación de la habilitación en nuestra ciudad del anexo del casino del balneario El Cóndor, algo que nunca debió producirse.
Cámara de Comercio de Viedma
16 noviembre 2024
Opinion