Sus ciudades tienen perfiles destacados conforme a la actividad predominante de cada lugar.
Ha costado mucho empeño político integrar la totalidad de su territorio en igualdad de oportunidades para sus habitantes y equilibrar las condiciones de vida.
En la región sur se encuentran la mayoría de los parajes y Comisiones de Fomento. Pequeños asentamientos o centros urbanos con una amplia población dispersa.
Como electoralmente se consideraba en forma despectiva que no significaban un aporte importante de votos, nunca fueron atendidos como otras regiones más favorecidas y con una mayor cantidad de electores.
Sin embargo, la gente que vive en los parajes, pequeños productores en general, jamás bajaron sus brazos a pesar de la indiferencia y el olvido y del clima hostil: sequías prolongadas, aluviones recurrentes, grandes nevadas, temperaturas de varios grados bajo cero, caídas del precio internacional de la lana, lucha permanente contra las plagas; factores éstos que diezmaron las majadas y empobrecieron a sus pobladores.
La gente que vive en los parajes sufre con prudencia las contingencias que la vida les presenta en forma permanente. No es menos cierto que la Patagonia está llena de encrucijadas.
Los pobladores de la Línea Sur sufren en silencio sus propios males y nunca salen a cortar las rutas ni a realizar medidas de fuerza. Tienen una callada dignidad porque aman el campo a pesar de las mil privaciones que soportan.
Un hecho destacable es el accionar del Ente para el Desarrollo de la Región Sur que con la implementación de sus diferentes programas trajo alivio y un atisbo de esperanza; como así también desde las localidades cabecera cuyos municipios profundizaron su ayuda traducida en arreglo de caminos, la asistencia social y otras políticas de fomento.
De igual forma con los distintos programas provinciales como el “Plan Calor” y otros, que dedicaron esfuerzos para mejorar la calidad de vida de los vecinos de estos pequeños asentamientos.
Sin embargo hay un hecho que debe ser reconocido y destacado: la gestión del actual gobernador ha sabido imprimir un programa virtuoso en varios aspectos que ha cambiado la realidad de cada uno de estos parajes: asistencia inmediata ante desastres climáticos, recursos para el arreglo de caminos, recuperación de las majadas, construcción de invernáculos, mayores aportes en logística para las comisiones de fomento, y lo que es más importante el servicio de gas en garrafones.
Pero lo que es más significativo es la presencia del gobernador en forma frecuente en cada lugar, recibiendo reclamos, propuestas y sobre todo escuchando a los productores.
Desde la época del entonces gobernador Mario Franco, nadie dio más atención a estos lugares olvidados, que la gestión del actual gobierno, entendiendo que los ciudadanos de la región sur no son meramente un número electoral, sino rionegrinos que merecen ser escuchados y atendidos, a pesar de ser muy pocos.
Si no se entiende la política como la búsqueda del bienestar general, todo está perdido. El verdadero federalismo debe empezar desde el mismo estado provincial, caso contrario será al decir de Hobbes un monstruoso Leviatán que deshumaniza a los ciudadanos como si estos fueran homúnculos descartables.
Cuando la política sirve para atender las necesidades de los más necesitados, nada está perdido y es posible construir una sociedad mejor y más igualitaria.
Jorge Castañeda
Escritor - Valcheta
16 noviembre 2024
Opinion