No es salud, el silencio no es salud. En democracia el
diálogo, el debate, la opinión, los discurson son saludables. Y además
esperables, recomendables,
imprescindibles para orientar las políticas públicas, el accionar estatal, la
convivencia social.
Pero en uno de los hechos político- institucionales más
importantes en los últimos meses de la provincia, la asunción de les nueves
integrantes del Superior Tribunal de Justicia, la renovaciòn de dos de sus
cinco integrantes, del cuarenta por ciento de su composición, primó el
silencio. Nadie habló, nadie dijo. Cuando habla el silencio, hablan las
sombras, los detrás de escena, los metamensajes palaciegos. Callan en consecuencia los conceptos, la
explicitación de direccionalidades, rumbos, sentidos democráticos, abarcadores
de la justicia tan reclamada como buscada por los que padecen múltiples
problemas, injusticias o ausencia de derechos. El acto más que protocolar fue
frío, gélido. Los silencios resaltan los malos gestos en la política. La
gobernadora no habló, sólo tomó juramento. No emitió opinión sobre esta nueva
composición y etapa en el STJ. Tal vez no se pretenda mejorar nada. El
presidente del Superior, y sus dos vocales que también ocuparon anteriormente
el máximo lugar del poder judicial rionegrino, tampoco. Tal vez haya ausencia
de diagnóstico, autocrítica, metas, busqueda de acercamiento con el ciudadano
de a pie, al que llaman "el judiciable". Llamativo dentro de la
helada primacía de la formalidad protocolar, su único incumplimiento fue cuando
significativamente se nombró al presidente del bloque del oficialismo, incluso
antes que al vicegobernador y presidente de la legislatura. Gestualidad que
resaltaba el triunfo en ubicar dos vocales oficiales.
En nuestra historia reciente hubo distintas experiencias
de conformación de la Corte Suprema de Justicia de la nación. La experiencia
de "hacer la corte" menemista,
y el nombramiento por decreto de los jueces negacionistas del 2x1de la corte
macrista, hacen resaltar por su virtuosismo la experiencia de la renovación
direccionada por Néstor Kirchner en una corte plural, diversa, con aires de
renovación y principalidad del estado de derecho y vigencia de los derechos
humanos. Desde ahí su decadencia hacia un poder presionado, perseguidor de
oposiciones, ejecutor del lawfare. El STJ había tenido su renovación en
2013, el acto daba para hablar, evaluar,
orientar. Silencio. La nueva composición mantiene la representación de género y
la regional. También daba para hablar la situación de las violencias, derechos
sociales, ambientales, femicidios, impunidades, persecución de opositores
gremiales y políticos, derechos de
pueblos originarios, acceso a la tierra y la vivienda, y la revisión de la intervención judicial al respecto. Algo se
discutió en el proceso de elección, pero la asunción era un momento de expresar
síntesis de ese debate, y abrir a los nuevos: Más silencio.
Los seres humanos, aún en tiempos de nuevas tecnologías, para comunicarnos también hablamos, sobre todo. Dicen que los jueces, superiores y supremos, hablan por sus sentencias. Tal vez podrían ser más humanos y en oportunidades permitir que los ciudadanos escuchemos las palabras de su boca. Seguramente leeremos los fallos de este parcialmente renovado STJ. Y tendremos que hablar mucho de cómo construir otra justicia. Para que no siga callada, deslegitimada, alejada de la ciudadanía en democracia.
(*) Legislador del Frente Grande - Frente de Todos
16 noviembre 2024
Opinion