Las medidas anunciadas ayer
por la tarde por el Ministro de Economía Luís (Toto) Caputo, se enfrentan a un
desafío de materialización trascendental: la ausencia de acuerdos legislativos
y la falta de avales territoriales en cada una de las provincias.
La materialización del plan
de Caputo, que hasta hoy sólo es de trazo grueso, demanda de un mayor peso del
nuevo oficialismo y el aval de los mandatarios provinciales.
Hasta el momento las medidas
anunciadas solo poseen un halo de dureza, escasas certezas y falta de
precisiones. La agresividad de la medida busca generar confianza en el mercado
y con ello lograr que la argentina deje de tener déficit en el corto plazo con
un ajuste de una magnitud alta. Los planes de estabilización con ajuste
abruptos más exitosos en argentina han logrado bajar el déficit (en un período
de gobierno) en 3 puntos del PBI aproximadamente. El plan de Milei con las
medidas anunciadas ayer busca bajar ese déficit en 5 puntos en menos de un año.
Lo curioso y particular de
este paquete de medidas es que pone ahínco en el retorno de impuestos como
Ganancias, medida que contradice uno de los principales ejes de campaña que
rezaba que “los impuestos son un robo” y el mismo mandatario en su senaduría
votó para eliminarlo. Hoy no solo lo incorpora a su plan para bajar el déficit,
sino que también alienta e incrementa el impuesto país y retenciones.
Estos temas puntuales, y
algunos otros como el subsidio a la energía y el transporte, deberán pasar por
el congreso, pero muchos otros deberán solucionarse en una relación directa con
las provincias, con lo cual el rol de los gobernadores y el cuerpo legislativo
cobrará un papel en las negociaciones para la aplicación de este paquete
drástico de medidas.
26 noviembre 2024
Opinion