Un exoficial de policía fue obligado a realizar un curso de capacitación en género y seguir pautas estrictas de conducta, tras confrontar a una agente femenina durante un control de tránsito en Viedma. El incidente se desencadenó cuando el hombre se presentó en el lugar luego de que su hija fuera detenida por alcoholemia.
El proceso judicial comenzó como una contravención en el Juzgado de Paz local, concluyendo provisionalmente con una suspensión condicional tras la admisión de culpa por parte del policía retirado. Este aceptó "las condiciones que la judicatura disponga", las cuales incluyen la mencionada capacitación y la obligación de mantener un domicilio fijo, así como abstenerse de actos que afecten la integridad de las personas, especialmente de autoridades policiales.
Durante el incidente, según el testimonio de la agente afectada, el hombre la increpó con frases despectivas y un tono amenazante, llegando incluso a cuestionar su autoridad basado en su antigüedad en la fuerza policial. En respuesta, el Juez de Paz destacó la necesidad de adoptar medidas preventivas contra la violencia de género, haciendo referencia a instrumentos legales como la Convención de Belem do Pará y la legislación nacional relevante.
El fallo judicial recalca que instituciones como las fuerzas de seguridad han sido históricamente lugares propensos a perpetuar la violencia contra las mujeres, subrayando la importancia de erradicar patrones culturales que menoscaban los derechos de las mujeres. En este contexto, se consideró esencial que el acusado participe en una capacitación especializada, enfocada en sensibilizar sobre la gravedad de cualquier forma de violencia hacia las mujeres.
26 diciembre 2024
Judiciales