Una propuesta productiva para el desarrollo regional

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En la zona comprendida por el distrito por el que me postulo (Conesa y Adolfo Alsina), esta propuesta estratégica pasa por dos ejes fundamentales: la jerarquización de la condición de capitalidad de Viedma y el desarrollo de los valles irrigados en ambos departamentos.
Hasta ahora, el gran impulsor de la economía regional es el Estado Provincial, que paga en Viedma más de una cuarta parte de sus salarios totales y otra parte proporcional a su población en General Conesa. Prácticamente la totalidad de estos sueldos, junto con los que pagan los municipios y los entes nacionales con presencia en la región, se gastan localmente, movilizando la mayor parte de los comercios y empresas de servicios, actividades que también se benefician con las compras que el propio Estado realiza en la zona.
Por ello, la defensa de los ingresos de los empleados públicos y el impulso a la “compra local” son, claramente, aportes para el desarrollo. Pero la defensa del empleo público implica también generar cambios en su interior, rejerarquizando la administración y la carrera administrativa, eliminando las irritantes diferencias salariales entre los distintos poderes y al interior de los mismos, recomponiendo la autoridad en base al prestigio y el conocimiento, mejorando la eficiencia de los mecanismos del gasto y generando el orgullo por el trabajo que la sociedad encomienda a sus agentes públicos. Para ello, los funcionarios electos deben dar el ejemplo.
El otro puntal del desarrollo local gira alrededor de la puesta en valor y ampliación de los valles irrigados. Estudios recientes demuestran que, aún con sus ineficiencias actuales, los valles irrigados existentes generan cien veces más riqueza que las tierras de secano de igual extensión. Pero además, lo hacen cumpliendo con el mandato ambiental de dejar a nuestros sucesores un ambiente mejor que el recibido, con mayor biodiversidad, suelos mejorados, mayor captación de carbono y mayor estabilidad. La población actual de estas zonas es cincuenta veces más grande que la que podría soportar una extensión semejante de secano. Esta población crea lazos, entretejido social y convivencia intercultural, mejorando enormemente la infraestructura rural y el entramado productivo.
Hay que defender ese modelo, pues sólo una fuerte y diversificada actividad agropecuaria de pequeña y mediana escala garantizará la seguridad y soberanía alimentaria de la región, potenciará la actividad ganadera del secano y permitirá el desarrollo de procesos de transformación y agregados de valor para ampliar la oferta laboral y de bienes en un marco de sustentabilidad ambiental, social y económica.
Asimismo, la producción de cercanía de alimento animal en abundancia permitirá la integración del riego con el secano, vieja aspiración de los productores locales, lo que garantizará mayor cantidad de carnes tradicionales y alternativas, y el trabajo de los frigoríficos y mataderos, poniéndonos en condiciones de afrontar el corrimiento de la barrera sanitaria sin riesgos de modificaciones exorbitantes de precios.
En síntesis, la ampliación de las áreas de riego es estratégica para nuestra región y la Provincia toda. Pero para ello es preciso un plan de desarrollo basado en la transformación e industrialización de la producción local, a partir de procesos de colonización extendida. Actualmente, más de un tercio de la superficie de los valles irrigados está subexplotada, el agua subsidiada cobija la ineficiencia y parte de la producción es meramente extractiva de nutrientes y minerales de difícil recomposición.
La propuesta oficial para los valles es un megaproyecto con una empresa china que compromete nuestra soberanía por muchos años, para producir los commodities requeridos por los orientales, sin generación de empleos ni garantías ambientales. Las fuerzas políticas opositoras, con la honrosa excepción de algunos militantes aislados, no se han pronunciado claramente en contra de este emprendimiento.
Nosotros decimos que no son los proyectos faraónicos ni sólo los ligados al gran capital los que garantizan el desarrollo, sino la actividad cotidiana de los pequeños y medianos productores, comerciantes y prestadores de servicios que, asociados y apoyados desde los gobiernos provincial y municipales, cuidando nuestro río y nuestro suelo, generando y gastando riqueza en la propia región, fortalecerán la recirculación interna de los recursos financieros y evitarán la fuga de capitales hacia los centros del poder económico.
Por último, una propuesta de este tipo, acompañada con las obras de  infraestructura necesarias, transformará la región generando trabajo, actividad económica, un espacio amigable para la vida digna y un atractivo turístico para los que vengan a visitarnos.

Oscar J. Lascano
Economista y MCs en Evaluación de Impacto Ambiental
Primer candidato a Diputado por el Circuito Valle Inferior
de Confluencia para la Emancipación, Lista 50
Teléfono (02920) 573654

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