Vaca Narvaja: de la conducción de Montoneros al gabinete de Soria

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A pesar de su experiencia y liderazgo natural fue, durante años, el primero en llegar y el último en irse del modesto local que Causa Nacional y Popular -una línea interna del PJ barilochense- tiene en la calle Anasagasti, y organizar, junto a un puñado de compañeros, cada actividad militante que se propuso. Llegó a Bariloche con un emprendimiento chocolatero, pero rápidamente se sumó a la discusión política local. ¿Qué hizo en la ciudad? ¿Por qué eligió ser un fantasma?

“Yo no existo. Soy un fantasma”. Una y otra vez, durante cuatro años Fernando Vaca Narvaja, eligió el segundo plano, la “invisibilización”, y fueron pocos los que sabían de su presencia en San Carlos de Bariloche. O en todo caso, pocos eran los que relacionaron su figura de militante de base con el líder de la agrupación revolucionaria más influyente que tuvo el país.

“No existo. Soy un fantasma”, repitió durante años ante la prensa que quiso entrevistarlo. Pero el fantasma, al que en el seno del peronismo de Bariloche llaman “Vasco”, fue ganando espacio y lugares dentro de la militancia, y creó una línea interna del PJ que puso en escena nuevamente al ex intendente César Miguel, convirtiéndolo en legislador provincial.

“Soy un fantasma”, decía mientras barría el local de Causa Nacional y Popular de la calle Ansagasti.

El fantasma asumirá el lunes como titular del Tren Patagónico de Río Negro, integrándose así al gabinete de Carlos Soria.

La Historia

De familia Yrigoyenista, el subteniente de la Reserva del Liceo Militar General Paz -egresado en 1966-, estudiante de la Facultad de Ingeniería y Química de la Universidad del Litoral, en Santa Fe, fue protagonista de un tiempo histórico del país que le dejó profundas heridas. Junto a Mario Firmenich, Roberto Perdía, entre otros, encabezó la conducción de la organización revolucionaria que mayor alcance y dimensión logró en el país, entre finales del '60 y principios de los '70. Sobreviviente y escapado del Penal de Rawson, fue uno de los jefes históricos de la agrupación Montoneros.

Sufrió la cárcel, el asesinato de familiares, la tortura. Detenido, ya en democracia, fue indultado por Carlos Menem en 1989, junto a Firmenich, pero también a Jorge Rafael Videla y los líderes de la sangrienta dictadura, en el marco de la promocionada "pacificación nacional".

Dos años después, en 1991, visitó Bariloche con su mujer y su hermano. Desde entonces, se fijó como objetivo vivir en esta ciudad. Ese sueño lo cumpliría 16 años después.

Antes, trabajó como gomero en Buenos Aires, y fue detenido por la Justicia en 2003 -ya que con el kirchnerismo en el poder- en el marco de una causa en la que el juez Bonadío investigaba la Contraofensiva de 1979. El magistrado lo consideró responsable del “secuestro, privación ilegítima de la libertad, posterior desaparición forzada y homicidios” de quince militantes de Montoneros que participaron en la segunda denominada “contraofensiva” contra la dictadura de Videla. La Cámara Federal desestimó los cargos y lo liberó. En aquel momento, Vaca Narvaja culpó de su detención al recientemente asumido gobierno de Néstor Kirchner.

Fue más tarde candidato a legislador porteño por el Partido Auténtico Federal (PAF), en 2005, presentándose como “ni alcahuete, ni opositor”, a la gestión nacional del ex gobernador de Santa Cruz.

El tiempo lo convertiría en un ferviente kirchnerista. Y en barilochense.

Bariloche

A fines de 2007, Fernando Vaca Narvaja le preguntó a su mujer si “todavía tenía ganas de vivir” en Bariloche. Esa misma noche se embarcó hacia la ciudad. A fines de ese año, montó en Colonia Suiza el emprendimiento chocolatero “Las siete cabritas”. El proyecto duró un año.

Lentamente, el “Vasco” inició su participación en las discusiones políticas locales. Se convirtió en referente de la Fundación Madres de Plaza de Mayo en Bariloche, en el marco del proyecto de la Fundación Sueños Compartidos para la construcción de viviendas en el barrio 10 de Diciembre. Esa experiencias terminó mal. Observó irregularidades en el manejo de fondos, le envió una nota crítica a Hebe de Bonafini, anticipando lo que estaba sucediendo, y renunció.

Comenzó a forjar una relación con los sectores más progresistas del peronismo de Bariloche e inició un proyecto político con el ex Intendente César Miguel, con quien, junto a otros militantes, formó la agrupación Causa Nacional y Popular.

El 25 de agosto de 2009, ese sector interno del PJ firmó su primera declaración pública respaldando a los presidentes latinoamericanos que participarían de la reunión de la UNASUR en Bariloche. “Reivindicamos las históricas banderas de integración de construcción de la Patria Grande, representadas por Bolivar, Artigas, San Martin, Sandino y O`Higgins, entre muchos otros, levantadas y expresadas por el Peronismo con Juan Domingo Perón”, se indicó en el documento que suscribió Vaca Narvaja.

Esa nueva irrupción política no lo hizo perder de vista que debía seguir siendo “invisible”. Pidió a sus compañeros ocupar un segundo o tercer plano, aunque era un secreto a voces su presencia en Bariloche. Fue un silencio “táctico”. El ex Montonero entendía que su aparición pública podía disparar un debate sobre los años '70 que sería “contraproducente” a los intereses electorales del peronismo de la ciudad y de la Provincia. “Después del 23 de octubre (fecha de la elección nacional) hablamos”, repitió una y otra vez en los muchos diálogos off the record que mantuvo con este medio.

Comenzó a estudiar Antropología en la Universidad Nacional de Río Negro -donde participó de un grupo interno de discusión y debate político- y desarrolló en paralelo una militancia de base en los barrios de la ciudad. Su incidencia fue tal que, a medias voces, los funcionarios municipales de la gestión de Marcelo Cascón lo acusaron de haber instigado y organizado el levantamiento popular posterior al asesinato del joven Diego Bonefoi, en junio de 2010. “Al contrario, nosotros intentamos parar a los pibes, explicarles que los iban a matar”, confió en aquel momento a ANB.

Actualmente, trabaja como responsable de la fábrica de premoldeados para la construcción de viviendas del proyecto Valle Azul, en los barrios del Alto de la ciudad.

Probablemente desde las antípodas ideológicas de Carlos Soria, Vaca Narvaja apoyó la postulación del intendente de Roca para llegar a la gobernación, y, junto a César Miguel, Causa Nacional y Popular se convirtió en un bastión de esa candidatura en la ciudad. Esa posición, y la buena imagen que el ex intendente mantiene entre los vecinos, se tradujo en la oferta para que Miguel fuera candidato a legislador. Esa misma relación forjó la oferta del propio Soria a Vaca Narvaja para que conduzca los destinos del Tren Patagónico.

“El tren seguirá siendo provincial, pero está desguazado. Vamos a tener que trabajar mucho para revivirlo”, dijo el ex fantasma a ANB, 48 horas antes de asumir.

¿Ahora va a hablar?, preguntó el viernes este medio. “Ya está, ya ganamos las elecciones, ahora voy a hablar”, respondió. (ANB)

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