5 junio 2012
Opinion
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Hoy se celebra mundialmente el día del medio ambiente y paradójicamente el problema medioambiental que genera la tecnología se ha tornado muy preocupante.
Es por este motivo que atendiendo tal preocupación de mis conciudadanos, y también la necesidad de una reconversión de nuestra economía local hacia actividades industriales generadoras de empleo, presentare en la próxima sesión a la Honorable Legislatura un PROYECTO DE LEY DE TRATAMIENTO DE RESIDUOS TECNOLÓGICOS (RAEE) EN LA PROVINCIA DE RIO NEGRO, la idea era presentar el proyecto este jueves pero razones de salud no me permiten hacerlo posible, igualmente lo daré a conocer a todos los Rionegrinos.
Se denomina RAEE a todos los Residuos de Aparatos Eléctricos y Electrónicos, como por ejemplo computadoras, televisores, teléfonos celulares, hornos a microondas, aires acondicionados, etc. Cuando uno de estos aparatos deja de funcionar por fallas técnicas o es cambiado por el usuario que lo considera obsoleto, ese aparato se transforma en RAEE, basura electrónica.
Los residuos eléctricos y electrónicos son la fracción de residuos domiciliarios que más sustancias tóxicas aportan a los rellenos sanitarios o basurales donde son enterrados. En Argentina, se estima que cada habitante genera al menos 3 kilogramos de basura electrónica por año. En este contexto, sólo a fines de este año se habrán descartado más de 1 millón de computadoras, 10 millones de teléfonos celulares y más de 400 millones de pilas. En total, se estima que año a año se producen más de 120 mil Toneladas de basura electrónica en Argentina. Hoy el 40 por ciento de estos residuos terminan en rellenos sanitarios o basurales, el 50 por ciento sigue siendo almacenado en depósitos o en hogares y solo el 10 por ciento llega a ser recuperado o reciclado.
En los países donde se impone con fuerza el cumplimiento de la Convención de Basilea (Estados Unidos y la Unión Europea) se ha logrado disminuir en un 95% la peligrosidad de estos residuos producto, fundamentalmente, a una política de reparación y reciclado para alargar su vida útil. O mejor dicho, se han logrado índices de reciclaje de hasta el 95% de los componentes de los Aparatos Eléctricos y Electrónicos, generándose así mucha menos basura peligrosa.
Se ha demostrado en esos países que un plan de tratamiento de residuos tecnológicos (RAEE) cumpliría con preservar el medio ambiente y generar nuevas fuentes de empleo, a los que podríamos agregar, como otro objetivo de mi proyecto, también el contribuir a disminuir la brecha digital dando acceso a la tecnología reciclada a la gente de menores recursos.
En muchos países, y en algunas ciudades argentinas, el tratamiento de este tipo de residuos ha generado verdaderas industrias. Nuevas empresas que contratan nuevo personal para retiro, clasificación, desmontajes, reciclado y disposición de RAEEs generando un medio ambiente más limpio y trabajo genuino para sus comunidades.
La necesidad de generar en la provincia de Río Negro la de creación de una empresa Estatal que, al tiempo de cumplir con las leyes medioambientales nacionales, provinciales y los tratados internacionales, contribuyan a la capacitación de nuestros jóvenes y a la creación de nuevos puestos laborales marca la base del proyecto presentado.
¿Porqué crear una empresa estatal?. Porque por su capacidad y volumen el mercado rionegrino no es lo suficientemente grande como para hacer atractivo el negocio a la actividad privada. Téngase en cuenta que en toda la amplia geografía de nuestra provincia vive menos gente que en muchas de las ciudades del conurbano bonaerense, con lo cual las inversiones privadas privilegian aquellas zonas para su radicación. Pero además, porque el Estado, a través de sus tres poderes de gobierno y en todos sus niveles y jurisdicciones, sean estos provinciales y municipales, es el mayor productor anual de este tipo de residuos.
Y porque además también este proyecto no debe tener por fin el lucro sino la gestión sustentable de los Residuos Tecnológicos, la preservación y cuidado del medio ambiente, la generación de nuevos puestos de empleo y achicar la brecha digital poniendo el producto remanufacturado del reciclaje al alcance de las clases sociales menos pudientes. Es decir, debe tener un fin social.
Roberto Vargas
16 noviembre 2024
Opinion