Hugo Lastra, Secretario General Gobierno de Río Negro y dirigente PJ Río Negro
A 37 años de la noche más nefasta
Este 24 de marzo se cumplen 37 años del último Golpe militar en la Argentina. Fue la noche más oscura, la más funesta, la más terrible en la historia nacional. Los militares, azuzados por los grupos de factor económico, irrumpieron en el poder para poner en práctica un sistemático plan que acuñó para el mundo una palabra espeluznante: Desaparecidos.
Con la destitución del Gobierno Nacional y las administraciones provinciales, desapareció la institucionalidad.
Con José Alfredo Martínez de Hoz y los exponentes de la oligarquía vernácula, desapareció la industria nacional y el Estado como rector de la actividad económica.
Con los Campos de Concentración y Centros Clandestinos de Detención, desparecieron miles de mujeres y hombres.
Con los censores, desapareció la cultura, el arte y la ciencia. Con los interventores, desaparecieron la educación y la solidaridad. Con los idiotas útiles, desaparecieron la lealtad y el compromiso.
Hace 37 años el país ingresaba a la etapa más penosa. Ellos, los dueños de las armas y la prepotencia, se subieron a los falcon verdes, y fueron por los estudiantes, los actores, los delegados obreros, los intelectuales, los científicos.
Ellos, cultivando el odio y el desprecio, robaron bienes y como diablos salidos de la Comedia del Dante, se apropiaron de bebés y niños.
Ellos, aliados a la elite mediática, contaminaron el aire con el desparpajo que vendía que los argentinos éramos “derechos y humanos”.
Ellos, trasnochados en quimeras mesiánicas, cambiaron la mesa de tortura por la planicie malvinense, y mandaron chicos para que la guerra pague su cobardía.
Ellos, siempre fueron ellos. Nunca “nosotros”.
Nosotros, entonces jóvenes y llenos de ideales, supimos del odio y la maldad.
Nosotros vimos caer a los compañeros y compañeras por el sólo hecho que pretender un país mejor.
Nosotros aprendimos de golpe que la tortura y las vejaciones no eran propiedad exclusiva de la Libertadora.
Nosotros fuimos por un momento invisibles, tabiques, espanto.
Pero nosotros siempre fuimos militancia, ya en la villa, en el barrio, en el campo. Y entonces comenzamos a ser Todos.
Todos, para cobijarnos en pañuelos blancos.
Todos, para decirle basta a las caras pintadas.
Todos, para estremecer las plazas ante la desocupación, el hambre y la pobreza.
Todos, por Néstor que alumbró el portal para que allí no queden sus convicciones. Todos por Todos.
Por los que ya no están. Por los que están y aún esperan. Como en el juramento bajo la llovizna tenue del 10 de diciembre del 2011. Por los compañeros y compañeras desaparecidos. Por la causa popular y nacional. Por nuestros hijos y los hijos de los hijos de los hijos.
Por el desafío de la Patria Grande que nos legaron desde el fondo de la historia y para construir el futuro. Más nos vale.
Gremio docente UNTER
El 24 de marzo de 1976 las Fuerzas Armadas, acompañadas por parte de la sociedad, dieron un golpe cívico-militar. Alentadas, apoyadas y aplaudidas por la Sociedad Rural, los grandes Medios de Comunicación, la cúpula de la Iglesia católica, la Unión Industrial Argentina, las empresas transnacionales, la banca nacional, el FMI, el banco Mundial, etc. Los militares tomaron el poder del gobierno para poner en marcha lo que Rodolfo Walsh define con claridad en su Carta Abierta a la Junta Militar en Marzo de 1977: “ En la política económica de ese gobierno debe buscarse no sólo la explicación de sus crímenes sino una atrocidad mayor que castiga a millones de seres humanos con la miseria planificada”.
En ese sentido el juzgamiento a civiles, en los juicios por los crímenes de lesa humanidad, luego de haberse juzgado y condenado a cientos de integrantes de las fuerzas armadas y de seguridad, es sin duda uno de los logros del año 2012 y de este 2013.
El procesamiento al grupo Ledesma de Blaquier y Lemos , al diario “La Nueva provincia” de Massot, a la Ford y el caso Papel Prensa demuestran la complicidad de los miembros de los grandes grupos económicos con el genocidio de la dictadura.
El año pasado se terminaron juicios grandes, como el de Bahía Blanca y el del circuito Camps, en La Plata y comenzaron otros como el de la ESMA, La Perla y el juicio de Tucumán, estos tres últimos reúnen delitos contra 1500 víctimas y 150 acusados. Lograr estos juicios es uno de los propósitos de los organismos de Derechos Humanos; en ese sentido en el año 2.012 se dio un salto de calidad.
En 2.011 hubo 193 personas juzgadas, en el 2.012 fueron 383.
Al inicio del proceso predominó el juzgamiento por goteo, ahora los mega juicios son más virtuosos, permiten una mejor reconstrucción histórica, dimensionar el fenómeno que estamos juzgando, pues no son hechos aislados y conforman una maquinaria de terror.
Otro gran hito en esta etapa fue la condena a Jorge Videla y ocho represores por el plan sistemático de apropiación de niñas/os, y la visibilización de los crímenes de violencia sexual como delitos de lesa humanidad.
En la zona destacamos la concreción del segundo juicio de “La escuelita” de Neuquén, a pesar de que el tribunal no consideró punible la participación de miembros de la policía de Río Negro y Neuquén, cediendo a la operación político-mediática montada por la defensa de los policías represores con la participación del diario Río Negro, cuyo director es autor de las leyes de impunidad que impidieron por muchos años la realización de estos juicios. Esperamos que sea respondida favorablemente la apelación de las sentencias, presentada por querellantes y fiscal. También esperamos la concreción durante el presente año del tercer juicio de "La Escuelita" de Neuquén, en donde se juzgará la actuación de otro grupo importante de represores de distintas fuerzas de seguridad.
Desde la Corte Suprema se dice que estos juicios ya son parte del contrato social de los argentinos, porque el repudio colectivo a esa barbarie es la piedra fundamental de un sistema en el que el respeto a la vida, a la integridad física y a la libertad sean la medida para la protección de los demás derechos y valores.
Queda pendiente vencer las resistencias del Poder Judicial para llevar adelante estos juicios, la visión corporativa frena el avance de estos procesos.
Repudiamos las declaraciones del genocida Videla a una revista española que le prestó sus páginas para convocar a un nuevo golpe de Estado, con baño de sangre incluido como les ha gustado siempre protagonizar a estos asesinos. Ejemplo de terrorismo mediático que debiera revisarse hasta dónde constituye también un delito grave como la apología de los crímenes de lesa humanidad, donde Videla y Cambio 16 son partícipes, publicado en España donde los familiares de los miles de desaparecidos de la dictadura franquista, siguen sin encontrar respuesta alguna, salvo la sanción del juez que trató de investigarlo.
Saludamos la participación de muchos jóvenes estudiantes en los juicios desarrollados en la región, la experiencia vivida estimulará, sin duda, su defensa de los Derechos Humanos y su participación política.
Desde el Consejo Directivo Central invitamos a compartir las distintas actividades generadas en todas las Instituciones y en los actos a realizarse en cada localidad.
Legisladores del FPV
El Golpe que aún nos golpea
Con este título, y con la firma de su presidente, Pedro Pesatti, el Bloque de Legisladores del Frente para la Victoria se refirió al quiebre institucional ocurrido hace 37 años y que dio inicio al autodenominado Proceso de Reorganización Nacional, encabezado por los genocidas Videla, Masera y Agosti.
El golpe de Estado se apoyaba en dos discursos: el estrictamente político-militar de lucha contra la subversión armada; y el económico, que promovía la apertura para incorporar eficiencia en el desenvolvimiento económico del país, condicionado, según los ideólogos de esta postura, por la intervención del Estado en la regulación de los mercados y las empresas públicas.
Para cumplir con el objetivo que claramente definió Martínez de Hoz el 2 de abril de 1976, cuando expuso el plan económico de la dictadura, era necesario aniquilar cualquier frente de protesta popular que pretendiera frenar su programa. La destrucción sistemática del aparato productivo y de la industria nacional, junto a un endeudamiento externo que llevó de 7 mil a 45 mil millones la deuda con bancos extranjeros, sólo era posible si se apagaba la resistencia de los sectores populares y de sus grupos políticos más dinámicos, como la juventud de las universidades y los trabajadores.
Por tal motivo, la dictadura aplicó un plan de exterminio de personas.
No es casual, entonces, que todavía nos duela aquel golpe que produjo un profundo quiebre en el devenir de la Patria. Nuestro país, en estos tiempos de recuperación de su destino, continúa batallando con viejos enemigos que, sin sable y sin cuartel, contribuyeron a establecer un sistema de terrorismo, temor y perfidia. Grupos mediáticos, empresas, bancos, políticos, sindicalistas, religiosos y periodistas también mataron, desde su lugar, las vidas que seguimos buscando.
Legisladores FPV disidente - Bloque pichettista Eva Perón
Golpe Cívico – Militar del ’76: “No lograron sus objetivos”
El 24 de Marzo de 1976 no solo se quebró el orden institucional, quienes idearon y ejecutaron el Golpe de Estado cívico-militar más sangriento de la historia del país, tenían como principal objetivo inocular el miedo y la desesperanza.
La Junta Militar, brazo ejecutor de los golpistas, desarticuló las redes de solidaridad persiguiendo, secuestrando y asesinando a quienes militaban en los barrios, sindicatos, clubes y comunidades, apropiándose de sus bienes y niños. Intentaron inculcar así en cada uno de los argentinos la idea que no valía la pena ocuparse del otro, del necesitado, del carenciado, del excluido. Así, como antes de la llegada del Gral. Juan Perón y Evita, se podía abrir un campo propicio para volver a instalar un modelo socioeconómico excluyente, para pocos, con el capital concentrado en pocas manos.
El desguace del aparato Estatal, la desregulación financiera, la violación de los derechos humanos, la desaparición de la industria nacional, entre otros, fueron los ejes de un periodo nefasto, que no llegó de un día para el otro. Fue un proceso pergeñado durante mucho tiempo por quienes durante el gobierno peronista habían perdido sus privilegios, una minoría poderosa que buscaba la oportunidad de volver al poder.
Hoy a 37 años del inicio de ese infierno, podemos asegurar con firmeza y con orgullo que no lograron sus objetivos, que con la llegada de Néstor al poder y ahora con Cristina, estamos recuperando los lazos de solidaridad, con la implementación de un programa de gobierno que tiene como sustento la inclusión social, la recuperación de la industria nacional y el fortalecimiento del Estado, con el protagonismo de miles de jóvenes que le ponen la cuota de alegría y esperanza a este período de recuperación del campo nacional y popular.
Memoria, verdad y justicia deben ser las banderas a enarbolar durante el tránsito hacia la recuperación definitiva. Premisas fundamentales ante la posibilidad latente de que los grupos privilegiados, hoy configurados a través de grupos mediáticos, económicos, políticos y sindicalistas, nos devuelvan a aquel infierno; al tiempo que constituyen la única manera de rendir tributo a los 30.000 compañeros desaparecidos, quienes lucharon por un país libre, solidario, justo y soberano.
Frente Amplio Progresista
NUNCA MÁS
37 años han transcurrido desde que la oscura noche dictatorial ensombreciera nuestra Patria, como ya lo había hecho sobre el cielo de casi todos los países del cono sur de América Latina.
Siempre debemos hacer el ejercicio de recordar el horror que se vivió en aquellos años, primero para honrar a tantas víctimas de la barbarie y segundo para que su sacrificio no haya sido en vano.
Las dictaduras son negativas desde donde queramos analizarlas. Matan literalmente sin control ni respeto a ley alguna, aplican planes económicos que benefician a los grupos de poder concentrado aliados a las potencias del mundo, relegando las conquistas populares, y pisotean nuestra cultura y nuestra identidad.
Para que se diera aquel golpe de Estado confluyeron muchos factores: La vigencia de la guerra fría que generaba confrontaciones calientes en los países periféricos, la organización de países productores de petróleo que pusieron en jaque a las potencias con el precio del oro negro, el aumento de la conciencia de nuestro pueblo que día a día se organizaba para lograr una mejor distribución de la riqueza con muchos jóvenes que clamaban por la “patria socialista”, pero también las divisiones internas y la debilidad y errores de los sectores políticos tradicionales. Por último, la existencia de unas fuerzas armadas formadas en la Escuela de las Américas de acuerdo a los intereses del imperio y alejadas del nacionalismo que años antes supo caracterizar a muchos generales como Mosconi, Savio y el propio Perón y muchos de sus camaradas.
Afortunadamente hoy no se dan muchas de aquellas situaciones que posibilitaron el golpe pero esto no significa que tengamos asegurada la democracia automáticamente.
Debemos superarnos día a día y mejorar la participación y la calidad de la democracia para que nuestra sociedad la valore cada día más, no solo por comparación con la dictadura sino también como un valor en sí mismo.
Por ello hoy, a una semana de la elección que definió quien será el intendente de Viedma por los próximos tres años, vale reflexionar sobre la calidad de la democracia que debe honrar los 30.000 desaparecidos y los millones de personas arruinadas económicamente y culturalmente por el retroceso económico y cultural en que nos sumió.
En este sentido queremos llamar a los integrantes de las dos fuerzas políticas tradicionales que han instrumentado el clientelismo como método de captación de votos y han reducido la democracia a un intercambio de favores para que modifiquen esta metodología irresponsable que día a día aleja más al ciudadano y devalúa los valores esenciales de la democracia. El espectáculo de acarreo de personas y la promesa o entrega de dinero o mercadería a cambio del voto que ambos partidos hicieron es una afrenta a quienes dieron su vida por derrotar a la dictadura en aquellos años oscuros.
Los instamos a cambiar estas prácticas y de esa manera honrar a quienes cayeron para construir una democracia social y de participación y construcción ciudadana, que está muy lejos de esta a la cual nos han ido acostumbrando, donde cualquier método se justifica para obtener un triunfo.
Debe haber una coherencia entre el método y el objetivo.
Desde el Partido Socialista defendemos la democracia como la única base sobre la cual construir ciudadanía, derechos e igualdad y por eso somos coherentes entre nuestros métodos de difusión respetando a las y los ciudadanos y nuestros ideales.
Por ello una vez más decimos NUNCA MÁS y asumimos la responsabilidad de construir ese nunca más con nuestras acciones de todos los días.
Comité UCR
Al conmemorarse este 24 de marzo un nuevo Día Nacional de la Memoria y la Justicia, el Comité Central de la UCR Río Negro, convoca a todos los argentinos seguir trabajando día a día en la construcción del sistema democrático en nuestro país.
Estamos convencidos de redoblar los esfuerzos para que éste, como cada 24 de Marzo, no sea sólo un feriado más, sino que más allá de las declamaciones siga siendo el disparador de acciones concretas y del compromiso de todos y cada uno de nosotros, especialmente quienes tenemos responsabilidades institucionales, para que nuestro querido país no vuelva jamás a ser víctima de una Dictadura.
Lamentablemente parece que estamos transitando en estos momentos en nuestro país momentos en los que está creciendo la intolerancia de algunos sectores, situación que no podemos permitir, porque todos sabemos las tristes consecuencias que acciones como éstas han traído a nuestro país.
La dictadura iniciada en 24 de marzo de 1976 nos dejó el triste saldo de 30 mil desaparecidos, todos ellos gente que se animó a expresar sus diferencias con el Gobierno de facto. Hoy, no podemos darnos el lujo de permitir la intolerancia con quienes piensan distinto, porque es justamente desde la amplitud de ideas y la construcción colectiva de donde afianzaremos nuestra democracia.
Lamentablemente en los últimos días se conocieron declaraciones del genocida Jorge Rafael Videla en las que dejaba trascender la posibilidad de llamar a un nuevo Golpe de Estado en caso de continuidad del actual Gobierno. Expresamos nuestro rol opositor al Gobierno nacional y la cualquier intento de perpetuidad en el poder a través de la vulneración de la Constitución Nacional, pero con mucha más fuerza expresamos nuestro total repudio al accionar de este nefasto personaje de la historia argentina, protagonista de la más cruel de las dictaduras que sufrió nuestro país.
No podemos permitirnos el lujo de dejar que personajes tristemente célebres como éste osen siquiera poner mínimamente en duda a nuestro sistema democrático, que a pesar de sus lógicas imperfecciones, es el mejor en el que podamos vivir.
Los radicales hemos sido históricamente grandes defensores de la democracia y los derechos humanos, y una vez más, debemos reivindicar la figura del entrañable ex presidente Raúl Alfonsín, quien tuvo en sus manos la responsabilidad de reconstruir el andamiaje democrático en nuestro país en 1983.
Nadie puede dejar de reconocer que jamás le tembló el pulso para enjuiciar a los represores, iniciando así el camino de la búsqueda de la justicia no solamente por los 30 mil desaparecidos, sino para todos y cada uno de los argentinos, en momentos en que el peso de la amenaza militar todavía estaba latente sobre nuestras cabezas, y los intentos de algunos sectores por hacerla caer.
La única lucha que sirve es la que se mantiene en el tiempo, y desde el Comité Central de la UCR Río Negro ratificamos nuestra lucha diaria para seguir haciendo de Argentina un país con una democracia cada vez más fuerte.
Legisladora Magdalena Odarda
NI OLVIDO NI PERDON, A 37 AÑOS DEL GOLPE DE ESTADO
En esta fecha conmemoramos los 37 años transcurridos desde el golpe de estado perpetrado por las fuerzas armadas, capítulo triste y oscuro de nuestra historia. Fortalecer la memoria en estas fechas, mantiene vivo el NUNCA MÁS al terrorismo de estado y NUNCA MAS a la pérdida de los derechos humanos fundamentales. Casi cuatro décadas después, podemos analizar los sucesos actuales a la luz de esa historia reciente y que aun nos duele.
Desarticular las economías de los países, volverlos más dependientes de los condicionamientos económicos externos y controlar a los ciudadanos a través del miedo y el terrorismo de estado, fue una característica de todas las dictaduras latinoamericanas. Los años de persecución, exilio, silencio impuesto, cárcel, torturas, desapariciones forzadas de personas y decenas de miles de muertes tuvieron un fin económico y colonialista. Las fuerzas armadas aliadas a los intereses de las clases económicamente dominantes, impusieron un modelo económico, que hoy sigue imponiendo sus reglas, pero ahora con otros métodos.
La ley antiterrorista es una expresión reciclada de la coerción que quieren ejercer los grupos de poder económico. Tiene el propósito de disciplinar a las fuerzas sociales, criminalizando la protesta social y la organización libre de ciudadanos que se oponen a las políticas depredadoras del extractivismo –como son la megaminería, los monocultivos, las represas, la explotación de hidrocarburos.
La criminalización de la protesta social es actualmente la respuesta que da el gobierno a los reclamos del pueblo que solo pide que se respeten los derechos reconocidos en la Constitución.
Por eso, a 37 años del golpe de Estado, pedimos: derogación de la ley antiterrorista; el esclarecimiento de todas las muertes acaecidas durante los gobiernos de facto en la Argentina y en la región, especialmente, -por desarrollarse en estos días-, el esclarecimiento inmediato de la muerte del Dr. Mario Abel Amaya y de la detención y torturas sufridas por el Dr. Solari Yrigoyen, en el marco del Juicio por delitos de lesa humanidad que se lleva adelante en Rawson, Chubut en estos días.
Gremio ATE
LOS TRABAJADORES NO OLVIDAMOS
(24/03/12) En este día se conmemora un nuevo aniversario del golpe de Estado genocida, cívico-militar-clerical, que interrumpiera el gobierno de María Isabel MartInez de Perón. Un gobierno durante el cual, tampoco podemos olvidar, los derechos humanos ya habían pasado a un segundo plano y comenzaba la persecución y desaparición de personas.
Desde la Asociación Trabajadores del Estado (ATE) de Río Negro reivindicamos la defensa plena y real de los derechos humanos, de la vida y de la felicidad del pueblo argentino y, en ese camino, repudiamos el golpe de Estado del '76, repudiamos a sus hacedores y a sus cómplices que, por acción u omisión, posibilitaron la muerte y la tortura de decenas de miles de compañeros; repudiamos la violencia, en todas sus formas: física, verbal, ideológica y también la violencia patronal.
Recordando el Golpe de Estado de 1976 nos estremece saber que casi la totalidad de los reprimidos, muertos y desaparecidos eran estudiantes, trabajadores y militantes sociales. Somos nosotros, los trabajadores y luchadores sociales de aquellos años. Son nuestros compañeros, nuestros amigos.
El Golpe del '76 no sólo significó el exterminio social, el fin de la libertades, el fin de la democracia; fue funcional a la imposición del liberalismo económico, imponiendo, con las armas y el terrorismo de Estado, un modelo económico que terminó con lo que quedaba de las conquistas obreras. En los años '90, con el gobierno de Carlos Menem y Domingo Cavallo ya no fue necesaria la utilización de los militares; el golpe a los trabajadores a partir de entonces fue plenamente institucional, gubernamental.
No descubrimos nada diciendo que desde los '90 hasta ahora muchas cosas han cambiado. Sin embargo, los trabajadores seguimos padeciendo las políticas neoliberales: precarizados, tercerizados, con parte del salario no registrado, sin recursos ni materiales de trabajo. Aún hoy, la democracia no ha llegado a las relaciones laborales. Los "patrones de estancia" siguen ocupando funciones importantes de gobierno y los trabajadores aún carecemos del derecho a discutir en qué condiciones queremos trabajar.
Muchos resabios quedan de la última dictadura militar. El aparato represivo del Estado sigue estando vigente y miles de militantes sociales y sindicales cargan con causas penales por luchar por un país más justo, por un país mejor.
En Río Negro los trabajadores municipales, y muchos provinciales, perciben salarios muy por debajo de la línea de la pobreza.
Los jueces, los comisarios e incluso los directores de hospital son puestos a dedo.
A quien demanda y manifiesta no le llegan respuestas, le llegan causas penales.
La muerte en las calles sigue estando.
Como podemos ver, en algunas ocasiones y situaciones, la democracia a Río Negro aún no llegó.
Y, frente a todo esto, a 37 años del último golpe cívico-militar-clerical, desde la Asociación Trabajadores del Estado (ATE) de Río Negro seguimos y seguiremos defendiendo la democracia, la igualdad, la libertad y la vida!
A nuestros 30.000 compañeros desaparecidos, hasta la victoria siempre!
Partido Provincial Rionegrino
Nunca más…
Cada 24 de marzo recordamos el dolor, desplegamos la memoria y deseamos que el horror que vivió el país a partir de 1976 no suceda nunca más. Pero también cada 24 de marzo nos permite reflexionar sobre nuestro rol como garante del cumplimiento de los derechos humanos y bregar por la calidad del sistema democrático conquistado en 1983.
Hoy necesitamos recuperar la paz social, la tolerancia, el respeto por el otro y sus expresiones, opiniones, pensamientos. Sin encasillar, ni despreciar, sin tildar al otro de “peronista”, “gorila”, u “oligarca”, con ánimo de doblegar miradas. Que familiares, amigos, compañeros de trabajo puedan volver a hablar de política sin que termine en confrontaciones irreconciliables. La discusión es enriquecedora al igual que el disentimiento. Es un paso que nos debemos como sociedad.
Recordemos y repudiemos el 24 de marzo de 1976. Trabajemos para que no vuelva a pasar. Pero también para ser una sociedad más unidad que logre que sus articulaciones se muevan dentro de una verdadera cultura democrática.
12 octubre 2024
Opinion