Por eso, hemos decidido presentar un proyecto que busca contribuir al necesario progreso democrático que se aprecia en nuestra provincia de Río Negro. Un proyecto que de convertirse en Ley, abrirá una nueva puerta para que los ciudadanos rionegrinos puedan participar de las sesiones legislativas en sus pueblos.
Como decimos en la fundamentación, se puede asegurar que nuestra provincia es generosa en su Carta Magna, en cuanto a la incorporación de institutos participativos y otros mecanismos que han contribuido y contribuyen al mejoramiento del Estado en sus aspectos fundamentales, sin perjuicio de desconocer las tantas acciones requeridas para que el efecto deseado de cada herramienta se brinde plenamente en el seno de la sociedad.
Para ello, también se puede asegurar que no existe limitante, al menos no debería existir, que impida que un organismo de Gobierno se acerque a la ciudadanía, cuando las razones se basan en potenciar todos aquellos hechos que propician la participación en la construcción colectiva, sin importar el rol que a cada uno le cabe.
Una norma de tal característica, resignifica el vínculo con los ciudadanos y abre las puertas hacia nuevos paradigmas basados en el intercambio y en la consolidación del ideal, en tal caso, rubricado por la decisión de quienes ostentamos en el Cuerpo legislativo de Río Negro, la responsabilidad de sostener todos y cada uno de los valores del sistema democrático.
Sin embargo, cuando se habla en ese sentido, se entiende que la referencia está dada no sólo en la creación de entidades estanco -aún cuando puedan expresar en forma taxativa, límites o atribuciones-, sino en la promoción de todo evento que reafirme y sin demarcación, las condiciones ineludibles que describen a la democracia en todas sus aristas relacionadas con la participación. Entendiéndose por ello que se obra en beneficio de mejorar la calidad de la vida colectiva e individual, en lo referido al sistema.
En tal sentido, he querido compartir con la ciudadanía esta opinión, ya que proyectar una ley que obligue a la legislatura a sesionar en los distintos pueblos de nuestra provincia dos o tres veces al año, no podría ser visto sino como una de las formas concretas en la que los gobernantes se hacen eco de la necesidad imperiosa de abrir puertas, educar, dar a conocer y sensibilizar, desde los principios esenciales, al acto público por excelencia.
Este proyecto que acabamos de presentar, es parte del compromiso asumido, al soñar que podemos contribuir a producir los cambios que necesitamos en la política. Sabemos que debemos resignificar muchos estándares para los que, por costumbres o los propios avatares, se han perdido, desprestigiando la labor política y desatendiendo lo más importante que ello supone y que son las personas.
Las herramientas que permiten el acceso a la información de los actos públicos, no deberían desconocerse siempre que conlleven a facilitar ese acercamiento deseado y abunden en todo hecho que facilite la calidad institucional. Por eso hemos propuesto esta iniciativa y confiamos en que contará con el beneplácito de la ciudadanía. Porque celebrar las sesiones legislativas tres veces al año en una localidad distinta de la Provincia, es mucho más que un acto administrativo. Se tratará de la oportunidad concreta para que los habitantes de Río Negro puedan interactuar con sus representantes, asegurando de ese modo el vínculo que suponemos y que tanto merecemos.
* Autor del proyecto de ley que propone que tres veces al año, las sesiones de la Legislatura se celebren en una localidad distinta de la provincia de Río Negro.
8 diciembre 2024
Opinion