La recorrida habitual de uno de los agentes permitió descubrir la situación, cuando a las 4 observó que los barrotes de la celda del recluso estaban caídos, la ventana abierta y una sábana salía hacia el exterior.
Por el lugar donde estaba alojado, fuentes oficiales confirmaron que se trató de un error humano, ya que el Policía que está apostado sobre una de las torres de control cercanas debió haberlo divisado por la buena luz que hay en el lugar.
Oriundo de San Carlos de Bariloche, el preso estaba alojado en el servicio penitenciario provincial desde hace 11 años por un homicidio agravado con utilización de un arma de fuego.
La noticia acrecienta la teoría que la condición de mínima seguridad del penal local no está siendo respetada por el Servicio Penitenciario de Río Negro que hace un tiempo comenzó a derivar a esta ciudad presos peligrosos.
17 enero 2025
Judiciales