No ha sido ésta, ni de cerca, la actitud asumida por el intendente Javier Iud, a sus vecinos de la multisectorial preocupados por los efectos contaminantes que acarrearía la habilitación de una cantera cerrada desde el año 2.006.
Si bien el tema es más que serio, dados los efectos nocivos que significaría el funcionamiento de la cantera para la salud de la población, no deja de ser llamativa la descortés respuesta de Iud expresada sobre el tema.
La cantera de áridos en cuestión puesta en funcionamiento, en las inmediaciones de tres pilas de metales pesados, potenciaría la presencia de partículas contaminantes con riesgos serios para los pobladores.
Pero más allá del problema, que amerita de hecho la presencia de organismos provinciales relacionados con el tema, lo que se avizora desde la política misma, es la molestia que provoca a funcionarios, intendentes y responsables la presencia de voces no coincidentes con sus acciones y relacionados con la presencia, en la mayoría de los casos de empresas dedicadas a alguna explotación que conllevaría riesgos de contaminación.
Son conocidas las diferencias existentes entre pobladores y autoridades en las localidades de Cinco Saltos y Allen, si bien relacionadas con problemáticas distintas, pero también con voces discordantes y respuestas no del todo convincentes.
Resulta preocupante, que como en el caso de Iud, estos vecinos reclamantes con pleno derecho, reciban calificativos poco elegantes o imprudentes de quienes se sienten criticados por sus mandatarios.
Y no deja de ser menos preocupantes la desidia, olvido y poca atención que en algunas comunas provinciales, reciben las ya casi inexistentes juntas vecinales, los concejos de planificación previstos en las cartas orgánicas de algunos municipios o las multisectoriales constituidas por problemas ambientales, de seguridad y otras problemáticas comunes.
Lo que hasta hace algunos años eran verdaderas asambleas vecinales de participación, interés en la cosa pública y aportes directos de los interesados, han perdido su rol protagónico para convertirse en el mejor de los casos en poleas de transmisión o destinatarios de descalificaciones como en los hechos apuntados más arriba.
No son estas las manifestaciones que hacen fuerte a las instituciones y consolidan la democracia, pese a sus festejados 30 años recientes, muy por el contrario desalientan la participación, alejan a los vecinos de los organismos decisorios y provocan enormes abismos entre la gente, a quien verbalmente se recurre en los discursos, de quienes conducen los destinos de sus vidas y las de sus hijos.
Por Jorge Ocampos. Legislador Provincial CC ARI. Frente Progresista.
16 noviembre 2024
Opinion