Tal vez algunos vecinos obtendrían un impacto directo, accediendo a los más de 800 puestos de trabajo muy bien remunerados que se generarían con el incremento de la actividad. Otros se beneficiarían indirectamente a través del derrame de recursos que llegaría a sus propios municipios o bien a través de las obras públicas o del equipamiento y de la infraestructura que estaba comprometida como pago a la provincia.
Lo cierto es que todo eso no sucedió. ¡Y es lamentable! Es lamentable porque otra vez lo sectorial se impuso sobre lo comunitario. Otra vez el egoísmo le ganó a la grandeza. A esa grandeza sin la cual seguramente será imposible alcanzar los más amplios objetivos que todos deseamos para nuestra comunidad.
Este contrato representaba para nuestra provincia una gran oportunidad. No solamente por lo que constituía en sí mismo, sino porque era el puntapié inicial para un camino virtuoso tendiente a lograr, en Río Negro, una explotación plena de los recursos hidrocarburíferos, con todo lo que ello trae aparejado.
Por otro lado, fijaba un piso de referencia sumamente elevado para todos los contratos que vendrían hacia adelante ya que los montos de bono fijo, de bono social, de regalías y de renta extraordinaria superaban todas las expectativas. También fijaba estándares muy importantes en materia de remediación y de control ambiental.
Pero todo eso hoy es historia. Se escucharon voces disonantes que hablaban de ¨dudas¨, de ¨falta de inversión¨, de ¨mayores garantías¨, de ¨mayor exploración¨. Voces que pedían ¨modificaciones del contrato¨. Voces que seguramente se olvidaron de que este contrato es producto de una larguísima negociación que duró largos meses. Voces que se olvidaron de que en esa negociación existen dos partes, y para que la misma sea exitosa, las dos tienen que estar de acuerdo. Cada uno de esos puntos ya fueron extensamente tratados y acordados entre las partes.
Esas voces también se olvidaron (¿Se olvidaron?) de que en el Congreso de la Nación está en tratamiento una nueva ley de Hidrocarburos que genera un contexto muchísimo más beneficioso para las empresas petroleras. Una ley que le impediría a las provincias la percepción del bono fijo y el aporte social (en este contrato sumaban aproximadamente 925.000.000$). Una ley que reduciría al 12% las regalías que nuestra provincia había negociado en 15,5% y que, incluso en algunos casos, podría llevar ese porcentaje al 5%. En fin, una ley que haría que la provincia deje de percibir alrededor de $1.100.000.000. Sí, tal cual... ¡Mil cien millones de pesos! Muchos ceros como para olvidarse ¿no?
¿Realmente alguien puede pensar que Petrobras estaría dispuesta a permitir mayores exigencias en este contrato sabiendo que, en poco tiempo, podría negociar -con esta nueva ley- otro contrato que le permitiría ahorrarse semejante suma?
Por otra parte, cabe una mención especial a otras voces. Otras voces que sienten que la recientemente estatizada empresa YPF, de la cual nuestra provincia es propietaria de sólo el 3,5%, debería ser la ¨nave insignia¨ que guíe nuestros destinos en materia hidrocarburífera, olvidándose (otra vez el olvido) de que esa nave, si bien está comandada por el estado que posee el 51% de sus acciones, tiene izada bien alto en su mástil, las banderas de la española Repsol, la del magnate estadounidense George Soros (quien posee un porcentaje similar al que posee Río Negro), la del grupo Petersen y las de diversos fondos financieros internacionales que son propietarios también del 49% de las acciones de la empresa. Es así que sería difícil pensar que ésta sería una guía justa que nos permita optimizar de manera eficiente y sustentable el aprovechamiento de los recursos naturales de nuestra provincia.
Seguramente, en los últimos días, la ciudadanía ha escuchado muchas voces. Los medios de comunicación replican y amplifican todas estas contradicciones que se viven hoy en la vida política rionegrina. También muchas mentiras se difundieron casi a gritos tratando de confundir a la opinión pública y generar así un entorno que permita que todas las contradicciones que se enunciaron más arriba pasen casi desapercibidas
Es un desafío para nuestra ciudadanía distinguir de qué lado están las voces que defienden los intereses de nuestra provincia y cuáles son las voces que sólo tratan de dificultar el accionar del gobierno con el fin de obtener un rédito electoral, sin importarles que se desaproveche así una oportunidad única que nos hubiese beneficiado a todos los rionegrinos. Sólo así podremos crecer como sociedad.
16 noviembre 2024
Opinion