Necesariamente se debe poner punto final a esta inercia que lleva varias décadas y de una vez por todas pensar en su presente con el propósito de construir un futuro alentador e inclusivo. Debemos comenzar a delinear la nueva ciudad que queremos y a preocuparnos que el compromiso con Viedma sea la condición principal para quienes nos representen y administren y pensemos una ciudad para los próximos 100 años.
Nuestra Ciudad se identificó desde siempre por su carácter de capital por una ciudad netamente administrativa y de servicios.
Esta característica, esta estigmatización hay que comenzar a cambiar y desterrarla definitivamente, para ello es importante potenciar el rol de capital, exigiendo al estado provincial, ser un estado eficiente, no un estado precarizado, improvisado que llevó a la ciudad de Viedma a situaciones sumamente difíciles.
Hay que ir en la búsqueda de una transformación, hay que construir un polo productivo, apoyando las inversiones privadas que le permita a la ciudad contar con una economía mixta que la lleve al equilibro y lo sostenga pujante en el tiempo.
Nuestra ciudad es privilegiada en cuanto a recursos económicos, tiene un valle bajo riego que planificándolo por áreas, nos brinda la posibilidad de contar con todos los sectores productivos (Ganadería, Fruticultura, etc.), tiene río y mar, que la convierte en un atractivo turístico importante, para la zona y para el País, su costa marítima cercana a los ochenta kilómetros le brinda el turista un abanico de oportunidades para disfrutar de todas las bondades que permite el mar.
La ciudad deber ser protagonista principal de su destino, debe proyectarse urbanísticamente, saber hacia donde extenderse, fijar limites, aprovechar la costa de río y extenderse hacia el sur porque hacia el norte interrumpe la zona productiva, exigir un parque industrial basado en la producción. Articulando su actividad con el Instituto del Valle Inferior lo convierta en uno de los recursos mas importes. Hay que atravesar las fronteras haciendo conocer y ofreciendo todas las fortalezas económicas que poseemos.
No debemos permitir seguir en este estado de inacción que dentro de cincuenta años sigamos con los mismos inconvenientes, nos tenemos que comprometer con el presente y las generaciones venideras para consolidar la idea de una ciudad capital inclusiva, pujante y que brinde iguales oportunidades a cada uno de sus habitantes.
Hoy como viedmense de toda una vida, nacido en esta ciudad, no encuentro grandes cambios, mi memoria no registra obras que hayan sido transformadoras, proyectos que me permitan ver una ciudad diferente en el futuro.
Como vecinos debemos exigirle al estado Municipal un fuerte compromiso en todas sus áreas, y como sus representantes en el ejecutivo municipal y en el concejo deliberante la responsabilidad de que ese compromiso se cumpla cubriendo las necesidades y aportando las soluciones para la felicidad del pueblo de Viedma.
Un intendente y su equipo deben tener mucha presencia en la ciudad, caminar sus calles, sus barrios en la búsqueda permanente de las necesidades. Esta conducta que evitaría la situación actual en la que la ciudad se encuentra desolada, con calles destrozadas, intransitables e inundadas de olores nauseabundos por impericia y negligencia de los gobernantes municipales y de un estado provincial ausente en la previsión de mejorar las plantas transformadoras de líquidos cloacales.
Una ciudad limpia y ordenada con funcionarios exigentes con las empresas que prestan servicios a la ciudad.
Un estado municipal que exija al gobierno provincial que los servicios de salud estén al nivel de las ciudades más importantes del país.
Comprometerse fuertemente con los clubes barriales, instituciones que por sus características se constituyen en estructuras que tienden a la contención social, la prevención de la droga y delincuencia.
Necesitamos una ciudad planificada hacia el futuro y un estado comprometido en su realización.
Carlos Rasquela, Agrupación Ramón Carrillo
16 noviembre 2024
Opinion