En ese concierto heterogéneo de realidades desiguales, Viedma ha jugado un papel relativo. Aunque siempre fue un terreno de paso obligado de los funcionarios provinciales y a pesar de ser un lugar fundamental en la toma de decisiones políticas trascendentales, muchas veces ha sufrido el ninguneo de los políticos de otras regiones más populosas. Este panorama debe cambiar, y la oportunidad comienza el próximo 3 de mayo.
Están equivocados quienes ven en las elecciones locales únicamente una disputa para definir a los encargados de hacer barrer las calles o limpiar las plazas. Esa es una visión errada, es lo que nos han impuesto como una gestión local: el mero mantenimiento de los lugares urbanos comunes. La gestión municipal debe ser inclusión de los postergados, debe ser integración de las barriadas a la ciudad y a los servicios, debe ser abolición de la distinción entre ciudadanos de primera y de segunda. Desde la gestión municipal, en definitiva, se puede y se debe trabajar por la Justicia Social.
Pero además, el próximo 3 de mayo definiremos cuál es el destino que anhelamos para Viedma dentro de la provincia de la que es capital. Nosotros queremos una ciudad protagonista en las decisiones que se van a tomar en el seno del gobierno provincial peronista que comenzará a recuperarse el 14 de junio. Buscamos, en palabras de Juan Manuel Pichetto, "recuperar a Viedma en el eje del este como el gran faro de desarrollo y producción de toda la zona atlántica".
A veces, las leyes son sólo el comienzo en la construcción de realidades. Después, hay que seguir tomando decisiones políticas para concretar lo que las leyes disponen. Sólo con un intendente peronista como Juan Manuel, en el marco de un gobierno provincial peronista a cargo de Miguel Pichetto, recuperaremos la capitalidad efectiva que debemos a Viedma.
16 noviembre 2024
Opinion