La importancia de este acuerdo salarial es que no solo establece los ingresos del sector, sino que consolida un proceso de inclusión y de reconocimiento de derechos, que permite afirmar nuevamente que, ahora si, en la Argentina, todos los trabajadores en relación de dependencia están comprendidos en el derecho del trabajo, y protegidos por sus principios.
Con la Ley 26.844, del 2013, que incluye la licencia por embarazo, se completó la equiparación de los derechos consagrados en la Ley de Contrato de Trabajo que abarca a los demás trabajadores argentinos.
Es justo recordar hoy a muchísimas mujeres que hicieron camino en esta lucha, ya que nuestra provincia fue, por esas luchas, pionera en materia de leyes, y de la organización sindical, aunque la regulación del trabajo corresponde al Congreso Nacional, en su silencio, y cuando solo estaba en uso un decreto del gobierno de facto, de Aramburu, el 326/56, reglamentado mediante el 7979/56, firmada por los mismos generales (ARAMBURU - MIGONE - BLANCO - LANDABURU – MARTINEZ), en la que el trabajador parecía más alguien del que había que cuidarse, que una persona con dignidad, y sujeto de derecho. Lo cierto es que dejaba una vacancia que, como en el caso de Río Negro fue abordado desde el Estado Provincial.
Este vacío era en realidad una deuda gigante y secular, de la sociedad toda, no solo con las trabajadoras de casas particulares, sino también con los peones rurales, y que solo podía ser saldada desde un Gobierno Nacional, desde una mayúscula voluntad de Justicia, como solo ha desplegado el peronismo en la Argentina.
En los primeros años de la vuelta al estado de derecho, El Si.Tra.Se.Do. logró su Inscripción Gremial en el MT, e impulsó la sanción de la Ley 2.108, Finalmente, la decisión y el coraje de este gobierno Nacional, que pudo revertir una de las mayores deudas sociales hacia la mujeres y hacia las trabajadoras. Esta paritaria marca verdaderamente un antes y un después.
16 noviembre 2024
Opinion