Por Agrupación lista UNIDAD AZUL ARANCIBIA - UNTER *
Lo ocurrido en el día 26 de septiembre en la Legislatura de Río Negro es la muestra de odio hacia el sindicato crítico que no se pone de rodillas, como más de una autoridad desearía. Verter expresiones tales como “son violentos, no respetan las Instituciones, recuperamos el sistema educativo”, entre otras tantas “verdades” sirven para ocultar los contratos de control, los convenios con fundaciones y empresas que vienen desde la época del macrismo con el fin de castigar y vigilar a tono con las recientes definiciones del actual gobierno nacional. A los poderosos todos, a los trabajadores nada. No hace falta mencionar todos los decretos y leyes que vienen de la mano del gobierno anarco-capitalista que, desde la provincia se avalan y se actúa en consecuencia. Por ello, el gobierno pretende colocarnos en el concepto de violentos pero no habla de la violencia de pérdida de clases por falta de alimentos, por roturas en las escuelas, por falta de agua, de transporte escolar, o salarios que no son como los de los legisladores ni diputados ni senadores nacionales. Ellos desde su sillón nos tratan de violentos livianamente pero no reconocen la violencia de ser la provincia con un crecimiento lamentable de la pobreza.
Violencia es pretender imponer, como en época del virrey, definiciones arbitrarias sin importar que existen procedimientos y leyes que regulan las relaciones laborales y que están en un todo de acuerdo con la Constitución Nacional. Violencia es creer que, desde una banca legislativa, tienen el poder de ordenar quiénes pueden defender sus derechos y quiénes no, haciéndolos cargo de la organización de una escuela que se convertirá en caos, no por culpa de las y los trabajadores de la Educación, sino por culpa directa de la ley que hoy dicen que “recupera el sistema educativo”. ¿Sabrá el legislador Juan Martín qué es y cómo se ingresa al sistema educativo y cómo funciona? Habla solapadamente de la “recuperación de un sistema”. Es una vergüenza, una falta de respeto y de altura intelectual. Su alegría se traduce en ninguneo porque supuestamente quita derechos a trabajadoras y trabajadores con discursos retrógrados en consonancia con el siglo XIX al que Milei quiere volver obviando que se produjo el genocidio más grande de la historia argentina. Hoy gozan hambreando y desconociendo todas las conquistas sociales que dignifican a la clase trabajadora.
A personajes como Milei y el Gobernador sólo les interesa que agachemos la cabeza, que no digamos nada en contra de la “palabra santa” de la autoridad porque si no utilizarán el látigo ajustador del amo. Pero cuando se fracasa en esas imposiciones aumenta la violencia política y se evidencia con la represión ejercida en la Legislatura.
Llegará el día en que los representantes de Gobierno, y el bufón que presentó el proyecto atropellando derechos, tendrán que dar cuenta de los conflictos institucionales y escolares que se vendrán por esta ley que supuestamente “recupera la educación”. Mientras tanto el Ministerio de Educación y Derechos Humanos, parece que a contramano, establece por calendario jornadas para “promover prácticas democráticas escolares” cuya planificación y organización queda en manos de los únicos que sostienen el sistema educativo: los docentes, los catalogados de “violentos”. Incoherencia total.
¡BASTA YA! De basurear a las y los trabajadores. El único camino que conocen es la REPRESIÓN PARA CALLAR A QUIENES NOS OPONEMOS CON FUNDAMENTOS REALES A UNA LEY QUE PROMUEVE LA EDUCACIÓN COMO SERVICIO ESENCIAL Y NO COMO DERECHO SOCIAL.
* Patricia Cetera
Héctor Roncallo
Lúa Hernández
Marcelo Nervi
16 noviembre 2024
Opinion