Claramente muchos discursos relacionados con la renovación y expresados mediáticamente, se parecen; pero no todos los que los expresan ponen el énfasis en comenzar el camino dentro del partido, tratando de alcanzar los primeros consensos, las ideas iniciales en función de las representaciones de los poderes territoriales, sin anteponer los nombres o las personas que deberían o no estar. Simplificar la existencia de miles de afiliados pasivos, que hacen o dejan hacer, no es más que una crítica velada para, en muchos casos continuar haciendo lo mismo que critican. Prefiero desde siempre el disenso con respeto, valoro el poder de la expresión con altura, aún desde las diferencias.
Soy de los que cree que los pasos al costado los deben dar quienes ocuparon reiterados lugares de conducción para ceder esos espacios a nuevos dirigentes.
Necesitamos poner a la UCR nuevamente en movimiento, volver a ser un partido político con un proyecto de provincia, con impronta nacional, con una verdadera renovación de dirigentes convencidos del cambio en la práctica de la política, capaces de renovar ideas, propuestas y de revitalizar la capacidad de convocatoria a simpatizantes, afiliados y militantes, desde el lugar que nos une.
Necesitamos un radicalismo con capacidad de discutir políticas, elaborar propuestas de trabajo y en condiciones de dar el debate frente a las diferentes problemáticas locales, provinciales y nacionales y que en una mesa represente la estructura política necesaria para fortalecer a Cambiemos. Que lleve a esa mesa también temáticas como la coparticipación, la reforma política, aportando a nuestro gobierno nacional y sumando a la conformación de su agenda
Como presidente del Foro de Intendentes Radicales de Río Negro, siento que hubo un camino transitado de reuniones, de convocatorias y búsqueda de consenso para alcanzar la unidad pretendida. Sin embargo quienes se alzan con altisonantes críticas, quienes reclaman unidad y consensos, fueron invitados a integrar la lista que finalmente se presentó y a la que acompaño; prefirieron no sumarse, retirarse y ahora desde afuera hacen declaraciones que de ninguna manera guardan coherencia alguna con lo actuado.
La coherencia implica relacionar la palabra con la acción y nada más alejado de esto que el procedimiento elegido por este grupo de correligionarios que lamento que procedan de esta manera; estoy convencido que en honor a nuestra querida UCR debemos empeñarnos en que prime la racionalidad, la búsqueda de coincidencia, el respeto y fundamentalmente la racionalidad.
Estimo que muchos podremos hacerlo, un partido fortalecido genera progreso, genera equilibrios, genera dirigentes y por sobre todas estas cuestiones genera más democracia por el bien del país.
16 noviembre 2024
Opinion