Si las mismas fuerzas e ideas las emplearan para acompañar el proceso que este Gobierno lleva adelante, desde su función de representar a sus afiliados, todos nos veríamos beneficiados. Actitudes violentas como las empleadas, solo alteran la civilidad, y responden a intereses que lejos están de denominarse democráticos, como se interpreta de sus dichos y actos. La paz social nos corresponde a todos.
16 octubre 2024
Opinion