El Gobierno de Río Negro oficializó la sanción de una nueva Ley de Fauna Silvestre que redefine el marco normativo para la protección, control y aprovechamiento sustentable de los recursos faunísticos provinciales. La normativa, que reemplaza una legislación vigente desde hace más de cuatro décadas, introduce una estrategia moderna, articulada y con sustento científico para enfrentar los desafíos actuales en materia ambiental, social y productiva.
“La realidad que vivimos hoy no es la misma que hace 40 años. Hay nuevas especies, más población, ciudades que crecieron, fauna que convive con lo urbano, y también muchas zonas productivas afectadas por desequilibrios. Esta ley viene a ordenar, a modernizar el enfoque y a ofrecer herramientas concretas para una gestión responsable del recurso”, explicó Roberto Esposito, subsecretario de Fauna Silvestre.
La nueva ley crea el Régimen Provincial de Gestión Integral de la Fauna Silvestre, alineando a Río Negro con estándares internacionales de conservación y desarrollo sostenible, como los del Convenio sobre la Diversidad Biológica, la FAO y la Agenda 2030. El abordaje se construyó en conjunto con el CONICET, la Universidad Nacional de Río Negro, el INTA, municipios y cooperativas, integrando conocimiento técnico con visión territorial.
Entre sus ejes centrales, la ley reconoce a la fauna como un recurso estratégico y renovable, diferenciando entre especies autóctonas —que deben ser protegidas y, en algunos casos, aprovechadas responsablemente— y especies exóticas invasoras, que requieren acciones urgentes de control. El ejemplo más visible es el del jabalí, cuyo crecimiento descontrolado impacta en cultivos, fauna nativa, ecosistemas y zonas urbanas.
Una de las apuestas más innovadoras es el desarrollo de infraestructura para el aprovechamiento responsable del jabalí, bajo condiciones higiénico-sanitarias reguladas. Ya fue habilitado un frigorífico en Río Colorado y se proyectan nuevas salas de faena en Bariloche y Los Menucos. El objetivo es transformar un problema ecológico en una oportunidad productiva: generar proteína de calidad, crear empleo local y reducir la presión ambiental.
“Para que un privado invierta, necesita garantías de volumen. Si no hay una estrategia pública que acompañe, eso no va a pasar. Por eso el Estado interviene, articulando con ganadería, municipios y cooperativas”, sostuvo Esposito. “Gestionar fauna no es disparar ni prohibir todo. Es conocer, proteger, controlar, regular y, si es posible, aprovechar”, agregó.
El componente científico es otro de los pilares: un proyecto liderado por el CONICET, junto con el Ministerio de Producción y otras instituciones, estudia el impacto de las especies invasoras en zonas productivas, y será clave para las decisiones de manejo futuras.
La ley también contempla campañas de educación ambiental, sensibilización ciudadana, nuevos registros de especies, y la creación de un fondo específico para financiar acciones de conservación. “Esta ley no busca habilitar mercados sin control. Busca intervenir donde hace falta, proteger lo que debe ser protegido y ordenar el vínculo entre personas, animales y territorio”, subrayó el funcionario.
Río Negro cuenta actualmente con 13 Áreas Naturales Protegidas provinciales, a las que se suman los parques nacionales Nahuel Huapi e Islote Lobos. En total, más de 10.000 km² de territorio están bajo algún régimen de conservación, conformando una red estratégica para el resguardo de ecosistemas únicos de la Patagonia.
Con esta nueva normativa, la provincia se propone consolidar un modelo de gestión ambiental innovador, equilibrado y orientado al futuro, donde conservación y producción no sean caminos contrapuestos, sino dimensiones complementarias de una misma política pública.

6 diciembre 2025
Río Negro