El funcionario señaló que en los últimos meses se observa una fuerte segmentación en el precio del asado, con tres categorías diferenciadas en las góndolas. “Se encuentran cortes de bajo precio, que provienen de vacas de exportación cuyo asado no se destina a mercados externos y queda en el país; un asado intermedio, vinculado a novillos pesados de exportación de alrededor de 500 kilos, con mucho desarrollo muscular pero también alto contenido de grasa; y finalmente el asado tradicional del animal de consumo interno, de entre 380 y 420 kilos, que es el más demandado por el consumidor argentino”, detalló.

Bassi explicó que este último corte, característico de la producción patagónica, se mantiene en torno a los 16.000 pesos el kilo, mientras que la baja en los precios se dio por el ingreso al mercado interno de excedentes de vacas y novillos de exportación. “Lo que antes estaba disponible era el animal de consumo típico que producimos localmente. Hoy aparecen otros cortes que antes no ingresaban y eso amplió la oferta a distintos valores”, indicó.

Consultado sobre el impacto de la apertura de la barrera sanitaria, el subsecretario sostuvo que aún es temprano para realizar un balance. Comparando julio de 2025 con julio de 2024, la faena en la Patagonia cayó un 14 por ciento, aunque Bassi aclaró que esa merma no puede atribuirse de manera exclusiva a la medida. “La producción ganadera no cambia de un día para el otro, son procesos largos. Creemos que la sequía y la menor disponibilidad de terneros explican más esta caída que la barrera en sí misma”, señaló.

En relación al comercio internacional, precisó que los mercados de exportación no sufrieron modificaciones tras el cambio en el estatus sanitario. “Con Chile no hubo variaciones, ya que nunca reconoció como libre de aftosa sin vacunación al norte de la Patagonia. La Unión Europea mantiene su reconocimiento, aunque informó que podría revisar la situación en el futuro. En tanto, las exportaciones a China, Rusia y Brasil continúan sin alteraciones”, explicó.

Finalmente, Bassi expresó su preocupación por la situación productiva en Río Negro, que atraviesa un tercer año consecutivo de sequía. “Hay zonas muy comprometidas, con muy poca lluvia y pastizales en malas condiciones, lo que repercute en la salud del rodeo. En el departamento de Adolfo Alsina no se advierte tanto, pero sí en regiones como Conesa, Pichi Mahuida y Avellaneda”, puntualizó.

El subsecretario indicó que la emergencia agropecuaria por sequía fue prorrogada nuevamente en toda la provincia y advirtió sobre la necesidad de que las lluvias lleguen en primavera. “Septiembre y octubre son claves: necesitamos precipitaciones para que los campos se recuperen antes del verano. Los pronósticos no son alentadores, pero mantenemos la esperanza de que la primavera traiga alivio”, concluyó.