La decisión de la jueza federal de Tierra del Fuego, Mariel Borruto, de suspender por un mes la Resolución N° 460/2025 del Senasa que habilitaba el ingreso de carne con hueso a la Patagonia fue recibida con satisfacción por las sociedades rurales de Río Negro. El fallo implica el regreso de la histórica barrera sanitaria, una medida considerada clave para resguardar el estatus diferencial de la región como libre de fiebre aftosa sin vacunación.

Desde la Sociedad Rural de General Conesa, su presidente Roberto Gutiérrez valoró que “al menos en alguna provincia haya una jueza con lo que muchas veces hay que tener”. El dirigente subrayó que la resolución nacional se había tomado “de manera inconsulta” y con errores que ponían en riesgo casi dos décadas de trabajo en materia sanitaria y comercial.

En la misma línea, el presidente de la Sociedad Rural de Viedma, Rodrigo Núñez, destacó que el fallo judicial “nos da una esperanza de que las cosas por lo menos se empiecen a hacer bien”. Adelantó además que la entidad se reunirá con la Federación de Sociedades Rurales de Río Negro para definir un respaldo conjunto a la causa. “Esperemos que la justicia proceda cuanto antes a resolver esto y que la medida se vuelva para atrás”, señaló.

Desde el Alto Valle, Baldomero Bassi, presidente de la Sociedad Rural local, consideró que la cautelar es “un paso positivo” y advirtió que la flexibilización de la barrera no solo comprometía el estatus sanitario de la Patagonia, sino también la comercialización con Chile, ya que Tierra del Fuego depende del tránsito por ese país para el ingreso de hacienda al continente. “Ojalá que no sea solo por 30 días sino definitivamente, porque habla de hacer las cosas de manera seria”, afirmó.

La jueza Borruto fundamentó su decisión en que la medida de Senasa carecía de justificación suficiente y podía afectar de forma irreversible la economía regional y el estatus sanitario. El fallo estableció que la Asociación Rural de Tierra del Fuego, que presentó el amparo, debía abonar un seguro de caución de cinco millones de pesos para que la suspensión quede firme, trámite que se encuentra en curso.

En paralelo, los productores rionegrinos remarcaron que, además de la defensa de la barrera, enfrentan un problema más urgente: la falta de lluvias y de pasturas en distintos puntos de la provincia, lo que agrava la situación económica del sector. “Hoy una gran parte de los productores tenemos la preocupación de cómo hacer para no perder más capital”, explicó Gutiérrez.

Mientras tanto, en Viedma, las carnicerías no reportan por ahora cambios en precios ni en el abastecimiento. Comerciantes consultados señalaron que el asado proveniente de La Pampa, aunque más económico, no logra la misma aceptación que el corte local del Valle Medio por sus diferencias en tamaño, terneza y nivel de grasa.

La suspensión de la resolución del Senasa abre un capítulo clave en la discusión sobre la barrera sanitaria, mientras las sociedades rurales rionegrinas insisten en que el fallo sea el primer paso hacia una definición definitiva en defensa de la producción patagónica.