Proponen regular la actividad de engorde intensivo

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Su objeto es proteger la salud humana y los recursos naturales, salvaguardando la producción y sanidad animal, y la preservación de la calidad de los alimentos y materias primas de este origen.
La norma exigirá que todos aquellos establecimientos nuevos que se instalen deberán hacerlo a más de 6 kilómetros de centros poblacionales, en tanto que en áreas rurales a más de 1.000 metros de toda construcción habitada que no sea parte de la explotación.
Deberá verficarse además la permeabilidad de los suelos y la profundidad de las napas para que la actividad no afecte la calidad de las aguas subterráneas y evitar instalaciones en zonas declaradas inundables o con riesgo aluvional.
Por otra parte prohíbe expresamente en los establecimientos de engorde, el suministro a los bovinos de harinas de carne y hueso de origen animal; la falta de instalaciones básicas como bebederos, comedores, calles de alimentación debidamente separadas; y el almacenamiento de sustancias específicamente prohibidas por el SENASA.
El articulado prevé, además, las multas y sanciones a las que serán pasibles los establecimientos que no acaten la ley, las que van desde un apercibimiento a la clausura definitiva, según la gravedad del hecho o la trascendencia de su incumpliento.
Con ello, Gatti pretende “contribuir al desarrollo sustentable de estos emprendimientos y a la disminución del impacto ambiental que puedan generar”, según fundamenta.
Haciendo un repaso “del auge masivo de estos establecimientos de feedlot nos encontramos con el avance de la frontera agrícola, fundamentalmente a partir del desarrollo del monocultivo de la soja, que derivó en el desplazamiento de la ganadería hacia estos establecimientos”, señaló.
“A partir de estas mutaciones en el modelo agropecuario, el tradicional sistema de engorde extensivo ha ido perdiendo terreno frente al avance de una nueva forma de producción que permite la utilización de menores cantidades de hectáreas, una mayor cantidad de producto, un menor gasto y en el menor tiempo posible”.
Es así como “surge una nueva forma de producción que cumple estos requisitos y es la del feedlot (lote u hotel de alimentación), que es una tecnología de producción intensiva de carne en donde los animales se encuentran en corrales bajo un control sanitario y nutricional estricto, procurándose que la alimentación sea la más ajustada posible, maximizando la ganancia de peso diaria”.
El legislador de Redes remarca posteriormente que lo que se gana en rentabilidad en estos emprendimientos es directamente proporcional a los riesgos que el “feedlot” conlleva para la salud y para el medio ambiente” por lo que impulsa esta regulación.
Recordó en tal sentido que la mayor parte del territorio provincial se encuentra dentro de la zona denominada “libre de aftosa sin vacunación”, con lo que el precio de venta del animal gordo es superior al producido en zonas bajo otra calificación sanitaria.
En el marco de todas estas consideraciones, señaló el legislador de Redes que se abren interesantes alternativas con esta modalidad de producción, “sobre todo si es correctamente acompañada y fomentada”.
Resaltó que ello “generará un importante incentivo para todos los actores de la cadena productiva, desde los productores de animales para faena, pasando por los productores de alfalfa y maíz, así como para los productores de terneros para engorde”.
Por la misma norma, Gatti propone crear un Registro Provincial de Establecimientos de Engorde Intensivo de ganado bovino a corral (o feedlot) y un Registro Provincial de Responsables Técnicos en el cual deberán inscribirse aquellos médicos veterinarios matriculados en Río Negro que deseen obtener licencia habilitante.

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