Esposas y amigos de los policías procesados por la causa Solano, realizaron una marcha golpeando cacerolas por el centro de la ciudad. Esta vez extendieron la manifestación hasta la comisaría, donde fueron atendidas por el jefe de la Unidad Octava a quien le reclamaron acompañamiento y servicio de seguridad, ya que no se brindó prevención en la caminata realizada a un mes de las detenciones.

La marcha se inició alrededor de las 19 horas desde la intersección de Chile y Avellaneda. En principio se pensó en llegar hasta el municipio y desconcentrarse pero luego optaron por llegar hasta la comisaría, pues las mujeres estaban molestas por la indiferencia del jefe de unidad para con las familias de los policías.

Antes, mientras avanzaban por la calle Avellaneda, se detuvieron algunos minutos frente al hotel donde se aloja el abogado salteño Sergio Heredia. Mientras se hacían sentir los golpes de tapas y cacerolas, algunos gritaban el nombre del abogado, diciéndole que deje de mentir. La marcha continuó lentamente hasta el municipio y fue allí, cuando se decidió continuar hasta la comisaría.

El jefe de la sede policial choelense llegó a los pocos minutos a bordo de un vehículo de la fuerza e inmediatamente atendió a un pequeño grupo en su despacho.

Las manifestantes no dudaron en decirle al comisario que se sentían abandonados a sus suerte, señalando que no fue siquiera una vez al acampe de las esposas de los policías. También le reclamaron por no haber brindado servicio de seguridad y prevención a lo largo de la marcha y por haber hecho caso omiso al pedido de enviar un efectivo a las carpas los viernes y sábados por la noche, habida cuenta que a la salida del boliche algunos jóvenes pasan insultando y temen por su seguridad. Las mujeres sostienen que pidieron por nota un efectivo, pero este fin de semana no fue nadie.

Las esposas de los policías pidieron al menos una señal de acompañamiento y apoyo, haciendo hincapié en que sus esposos están detenidos, pero aún no se ha comprobado que sean culpables de algo, razón por la que entienden que su jefe directo, debiera tenerlos en cuenta.

FUENTE: Hoy Valle Medio