A raíz de la desaparición del joven de 27 años, se inició una investigación que desnudo distintas situaciones de la comarca. En el marco de la investigación se denunció la situación de los empleados golondrinas, situación que había sido denunciada años atrás por un medio provincial que había puesto de manifiesto el hacinamiento en el que se encontraban empleados rurales llegados del norte del país y que se encontraban a dos cuadras del centro de la localidad de Lamarque en un galpón que no cumplía en aquel momento las condiciones mínimas para que vivan las personas que allí estaban.  Otro hecho que se denunció en el marco de la investigación, es la relación entre la fuerza policial y las empresas, incluso algunos testimonios marcaron que había policías que entraban a las gamelas a despertarlos para que salgan a trabajar.

La desaparición del joven y el hecho de que el juez dictara en la etapa investigativa de la causa, la detención de siete policías, generaron que el hecho cobre relevancia y que trascienda la frontera del valle medio, para ser tema de los medios nacionales. A las voces de la familia de Daniel y sus abogados, se sumaron las voces de los familiares de los policías detenidos y separados, quienes entienden existieron numerosas irregularidades en la causa y que a raíz de esas irregularidades hay personas presas, recibiendo sus familias la condena social.  Ambas voces están en distintas veredas, con pensamientos dispares, con argumentos distintos, pero ambas coinciden en remarcar que lo importante es que la verdad salga pronto a la luz.

Detrás de la notoriedad que cobró el tema, hay una persona, que recorre el valle medio con la mirada perdida por el dolor. El padre de Daniel, Gualberto Solano, un trabajador del norte del país, a quien le vida lo separó en el mes de noviembre de 2011, de su único hijo varón, llegó a la zona del valle medio en busca de respuestas. Gualberto quien debió afrontar la crianza de sus hijos sin su mujer, llegó a la región hace más de 9 meses, para emprender una búsqueda, que al día de hoy no llega al final. Gualberto abandonó la comunidad Cherenta en Salta, para venir al frío del sur, a recibir en su cara el viento Patagónico y preguntarse cada noche ¿Dónde estas changuito?

FUENTE: Hoy Valle Medio