En un lapso de escasas semanas, la cárcel cipoleña fue escenario de distintos incidentes. Hace 15 días se registró un violento motín y el crimen del interno Víctor Hugo Tapia, y anteayer se conoció la novedad de la evasión de uno de los reclusos.
Se trata de un preso identificado como Mario Rubén Encina, de 25 años, quien logró huir cuando iba a ser asistido en el hospital local, informaron fuentes policiales.
La audaz maniobra fue llevada a cabo alrededor de las 14 cuando el evadido, junto a dos guardias y un compañero de la penitenciaría, llegó hasta el centro de salud. Hasta ese momento la visita parecía que iba a concretarse con normalidad pero un pequeño descuido de los efectivos hizo que se transformara en un verdadero contratiempo.
Los presos estaban esposados y se encontraban en el hall de la guardia. Aguardaban la asistencia médica cuando Encina emprendió su huida. Apenas salió corriendo, los guardias lo persiguieron junto a personal de seguridad.
A pocos metros, dos cómplices del interno lo esperaban en una moto. “Fue imposible atraparlo porque apenas salió del centro de salud lo esperaban en dos motos que perdimos de vista a las pocas cuadras”, comentó una fuente allegada a la investigación.
En tanto, el otro interno no intentó huir y, tras la fuga de su compañero, se lo asistió para luego ser trasladado al penal donde cumple su condena.
Los investigadores de la evasión sospechan que el interno habría buscado la excusa de ir al hospital para poder huir. Según las fuentes, habría manifestado estar con problemas hepáticos desde hacía días y que por tal motivo necesitaba ser atendido. Como la penitenciaría no cuenta con un centro de salud ni personal médico, los internos son trasladados hasta el hospital local.
La visita de ayer al hospital fue programada ya que el interno que no se dio a la fuga era asistido hacía cuatro días atrás por una infección en una de sus muelas. Fue así que se decidió que ambos sean llevados al hospital. Al parecer, Encina habría mantenido contacto con allegados para que lo ayudaran a huir.

FUENTE: La Mañana de Cipolletti