Violento robo a una familia del San Francisco III de Bariloche

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Natalia Ormeño es docente y enfermera. Vive en la calle Asunción al 1200, del barrio San Francisco III con su marido Pablo y sus dos hijas, de 5 y 6 años. En la víspera al día de la Independencia vivieron una experiencia que difícilmente puedan olvidar.

 

Entre las 22.30 y las 23, mientras la familia estaba en calma -con las niñas mirando televisión en el cuarto, la mujer trabajando en la computadora y el hombre recostado en un sillón del living- escucharon golpes brutales en la puerta de la vivienda. El hombre corrió la cortina y se encontró con un sujeto que le apuntaba con un arma y le decía que le abra la puerta o lo mataba.

El dueño de casa abrió la puerta por donde ingresaron dos hombres encapuchados, exhibiendo un arma de fuego y un arma blanca, exigiendo que les den "la plata". Las víctimas del asalto accedieron inmediatamente y para eso se dirigieron a la habitación donde estaban las niñas. El padre abrió un cajón para agarrar dinero y en ese momento se asustaron y le pegaron con el arma en la cabeza.

En diálogo con El Vespertino de Radio Seis, la mujer contó que "con el golpe se disparó el arma y el balazo me pasó cerca de la cabeza y dió en la pared". "Lo llevaron al living de la casa y le empezaron a pegar patadas en la cabeza. Incluso uno de ellos le preguntó al otro si lo apuñalaba y el otro le respondió que no", relató angustiada la mujer. 

La situación vivida fue de extrema tensión, con la menor de las niñas muy conmocionada en la habitación. "Yo tenía el celular en la mano y llamé a los bomberos que me tranquilizaron y me dijeron que estaban mandando a la policía pero el hombre que tenía el arma me escuchó, vino a la pieza y me puso el arma en la cabeza preguntándome a quien llamé. Y volvió a golpear a mi marido... ahí tuve miedo que lo mataran pero se fueron corriendo con la plata y la notebook. Y mientras ellos se iban por un esquina, por la otra llegaba la policía... No los alcanzaron a agarrar pero les agradezco que hayan venido", relató.

Según evaluó, los delincuentes que tendrían entre 25 y 30 años, estaban "con un evidente estado de exitación" como si hubiesen consumido sustancias. "No se conformaron con la plata y le pedían a mi marido que les entregar la notebook que tenían adelante, sobre el escritorio. Agradezco a dios que tenía algo de plata en mi casa porque si no, no sé qué le habrían hecho a mi marido", añadió. 

"Mi marido quedó con hematomas pero no tuvo heridas abiertas. Se tiene que hacer una tomografía computada. Estos días mi nena de 5 años se despierta gritando y llorando que no puede dejar de pensar en lo que pasó, que no se lo puede sacar de la cabeza", comentó.

FUENTE: Bariloche 2000

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