Parecía que algo invencible se nos presentaba. Nos debíamos el respeto a nosotros mismos cumpliendo con la palabra empeñada y ese empecinamiento para ponernos al frente, levantando nuestras banderas, para convencer, para reunir, para sumar, para enamorar otra vez, surgió con la naturalidad que surge entre la gente de bien.

Debemos congratularnos y celebrar porque de uno u otro modo, cada quien desde su lugar y con lo que podía aportar, hemos dejado en claro que la política es una construcción colectiva en la que el acuerdo respetuoso y republicano de las partes fortalece la gran tarea que nos hemos impuesto.

Vivimos tiempos difíciles los argentinos. Vivimos tiempos en que los radicales de Viedma, teniendo muy presente a Domingo Faustino Sarmiento, nos hacemos eco de sus palabras, “la ignorancia y la pobreza, que es su consecuencia, están como las aves mortecinas, esperando que las ciudades del interior den la última boqueada”

Los hombres y mujeres de la agrupación 10 de febrero- Jorge Ferreira no son otros más que esos que cruzan a diario las calles para hacer un trámite, barrer una vereda o llevar a los hijos a la escuela. No hay milagros. No hay estridencias. No hay pantalla de cine. Solo hombres y mujeres empapados de cotidianeidad, de sencillez, que se alzan sobre sus pies y crecen cada vez que se suman para hacer oír su voz, como lo hicieron el 1º de agosto al llenar el salón del Libertador en el acto que protagonizaron José Luis Foulkes y Horacio Massaccesi.

Nos queda todavía una dura tarea. El próximo 11 de agosto debemos concurrir al comicio, debemos persuadir al resto de los viedmenses para que nos acompañen, porque será con el respaldo de todas las opiniones, incluso de quienes podrían considerarse nuestros adversarios, que podremos reparar el rumbo.

“En la democracia, las jerarquías nacen de abajo hacia arriba y las responsabilidades se plantean de arriba hacia abajo”, nos enseñó Lebensohn y nosotros, desde la Agrupación 10 de febrero- Jorge Ferreira demostraremos una vez más que será el conjunto de los afiliados y simpatizantes el que el 11 de agosto hará estallar las urnas en un clamor federal con la consagración de Horacio Massaccesi como candidato a senador por la UCR.