Habrían desplazado el titular del PROZOME, Ricardo Saad

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La concejal viedmense Laura Ramos había advertido sobre los trascendidos que generaron inquietud entre los trabajadores y alerta en los sindicatos.

La preocupación surgió ante planteos de empleados y delegados gremiales, que se quejaron por la dura situación por la que atraviesa el organismo.

La edil indicó que, según se supo, habría “alguna intención de bajarle el nivel” al laboratorio, que actualmente funciona con categoría 6, como el hospital de Viedma.

“Esto significaría, aparentemente, que se bajen los haberes del personal, además de implicar una desvalorización de este espacio que actualmente cuenta con alto prestigio”, señaló la concejal.

Entendió que “sería absurdo” e ironizó al señalar que el PROZOME “es uno de los orgullos rionegrinos, de la gestión anterior”.

“Hubo importantes inversiones en esta institución, incluso la presidenta lo visito hace tiempo, pero aparentemente el ministro (de Salud, Norberto Delfino) no conoce las instalaciones”, se quejó.

Como es de suponer, Ricardo Saad se habría opuesto terminantemente a las decisiones del ministro, lo que le habría costado el puesto.

LA PALABRA quiso consultar ayer y hoy a Delfino sobre este y otros temas, pero su área de Prensa adujo que estaba ocupado con una serie de reuniones.

Historia

El médico sanitarista Hugo García fundó el  PROZOME en la década del ’80, en una dependencia anexa a la farmacia del hospital Artémides Zatti en Viedma. Allí comenzó la elaboración de una línea limitada de fármacos destinados a la atención primaria de la salud. A fines del ‘88, en medio de la crisis hiperinflacionaria, respondió a demandas insatisfechas en el hospital y los demás centros asistenciales de la tercera zona sanitaria.

Por la ley provincial 2530 Prozome inició formalmente sus actividades en el 91. La norma consideró los fármacos como "un bien social básico y fundamental y no una mera mercancía", y eso quedó demostrado en distintas oportunidades con ejemplos que pusieron en evidencia que la producción pública de medicamentos es "un instrumento fundamental de negociación en un mercado altamente cartelizado". Anexa a la primera planta en funcionamiento, Prozome encaró la construcción de una nueva sección de unos 1.300 metros cuadrados cubiertos, diseñada por técnicos de la provincia con el asesoramiento y el apoyo de Salud de la Nación, a través de la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (Anmat) y el Instituto Nacional de Medicamentos (Iname). La cartera de Salud provincial, a su vez, acompañó con las capacitaciones de auxiliares de farmacia.

Prozome esperaba abastecer a los hospitales de Río Negro y convertirse, asimismo, en el laboratorio referente de la Patagonia para la provisión de antibióticos de amplio espectro, cuyos precios "son muy inferiores a los vigentes en el mercado".

Mucho antes de que se sancionara la ley nacional que impulsa la producción pública de medicamentos, Ricardo Saad, titular de Prozome, explicó que no se pretende "confrontar con la industria privada, nacional o multinacional; si uno de los dos sistemas, público o privado, dejara de funcionar, colapsaría todo". También recordó que cuando la presidenta Cristina Fernández de Kirchner visitó el laboratorio "nos instó a seguir trabajando en esto, porque es una política de Estado".

La información oficial señaló que tenía capacidad para elaborar 38 especialidades que cubren el 90% de las patologías que afectan a los rionegrinos que concurren a los hospitales y centros de salud. Anualmente, estaba en condiciones de fabricar 15 millones de unidades de fármacos no especiales, básicos para el primer nivel de atención.

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