Hoy vivimos una jornada en la que el sistema
institucional de Río Negro registró un nuevo hito en su persistente
degradación.
En el marco de una indisimulable interna política en
Juntos Somos Río Negro, el exgobernador Alberto Weretilneck mostró su capacidad
de operar sobre las estructuras del poder público e impuso a sus candidatos
para ocupar dos asientos en el Superior Tribunal de Justicia de nuestra
provincia: el viedmense Sergio Ceci y la barilochense Cecilia Criado, de
indisimulables lazos políticos con el actual Senador, serán parte del STJ desde
septiembre.
De esta manera Weretilneck le dejó claro a Carreras que
es poco más que cartón pintado. Pero especialmente, quedó muy claro la triste
caricatura en la que se está convirtiendo el sistema institucional en nuestra
provincia. Para que quede claro: lo que acaba de suceder es que un dirigente
político (W) eligió a dedo a dos jueces que son quienes deben, entre otras
responsabilidades, contrapesar y controlar las acciones institucionales del
Poder Ejecutivo y de la política en general.
¿Por qué pueden hacer esto Weretilneck y su partido?
Sencillamente porque el poder judicial mantiene intacta la naturaleza
monárquica en cuanto a su constitución: es el único poder del Estado en que sus
funcionarios no son elegidos por el pueblo. Y lo más grave: el sistema político,
al menos quienes lo conducen desde hace varias décadas en Río Negro, no ha
mostrado ningún interés en revertir (al menos parcialmente) esa clandestinidad.
Por eso tienen pisoteados todos los proyectos
relacionados a la democratización del Poder Judicial, entre ellos el de reforma
de los Consejos de la Magistratura.
La actual conformación del Consejo consagra el
decisionismo corporativo, al otorgar una representación exagerada a los
colegios de abogados y, esencialmente, porque evita la participación de actores
sociales que no sean parte de la corporación judicial.
Una justicia representativa, inclusiva y transparente es una condición de posibilidad para el desarrollo de sociedades sanas, justas y equitativas. Pero eso es imposible si su conformación está viciada y atravesada por un entramado de intereses corporativos y políticos que funcionan de espaldas a los rionegrinos y rionegrinas.
16 noviembre 2024
Opinion