Este 8 de marzo las mujeres
y disidencias paramos y movilizamos en todo el país contra el plan de ajuste de
Milei porque somos y seremos las principales afectadas por las políticas de
hambre y violencia del gobierno.
En nombre de la libertad,
las autoridades nacionales prohíben, ajustan, hambrean, insultan y violentan.
Las mujeres y los derechos que conseguimos juntas y en las calles, somos uno de
los principales blancos de ataque del gobierno de Milei.
Y juntas vamos a
defendernos, a enfrentar estas políticas de hambre y violencia. Juntas lo
logramos, juntas lo defendemos.
El DNU 70-23 vigente, que es
un conglomerado de avasallamientos contra los sectores más vulnerables de
nuestro pueblo, permite que se cierren empresas del Estado –cuyas trabajadoras
son en más de un 50% mujeres -, se congelen los presupuestos de las
universidades –lo que implica una devaluación del 140%-, se le quiten fondos a
las provincias para educación y salud públicas, se habiliten las violencias
contra mujeres y disidencias y se nos relegue nuevamente al ámbito de los
cuidados.
“Las amas de casa son las
responsables de criar niños”, dijo Milei como única referencia a las mujeres en
su discurso de apertura de sesiones del Congreso. Quiere sacar la jubilación a
las mujeres que cuidan, cerraron el Ministerio de Mujeres, Géneros y
Diversidad, suspendieron el envío de alimentos a comedores, la devaluación se
lleva puestos los salarios con los que debemos afrontar la compra de útiles para
el inicio del ciclo lectivo.
Los remedios escalaron a
niveles que son imposibles de comprar, al igual que las cuotas de la medicina
prepaga, lo que hará colapsar el sistema de salud pública. Los hospitales
deberán atender una demanda mucho mayor con un mucho menor presupuesto.
Todos estos ámbitos están
compuestos mayoritariamente por mujeres, como trabajadoras y también como
usuarias. Somos mujeres las que estamos al frente de comedores y quienes nos
hacemos cargo de alimentar a la familia; somos mujeres las que cuidamos a
adultos mayores, somos mujeres las que nos ocupamos de la salud de los
nuestros.
Ha sido una larga y dura
lucha la que nos permitió ir a la universidad, a la que hoy nos costará
muchísimo acceder, no solamente porque no vamos a tener recursos, sino porque
este gobierno las quiere cerradas.
También ha sido una
conquista poder votar y son necesarias políticas con perspectiva de género,
porque la desigualdad sigue vigente. Pero a eso también lo quieren prohibir, y
así volveremos a ser ciudadanas de segunda. Nosotras no tenemos los mismos
derechos que los varones, somos consideradas inferiores.
El DNU también contempla
formas de flexibilización laboral. Si históricamente la desocupación afecta
mayoritariamente a las mujeres, ahora mucho más. Cuando los puestos de trabajo
son escasos, el empleador evitará contratar mujeres por prejuicios
históricamente construidos alrededor de la maternidad, entre otros estereotipos
de género.
Todos estos factores generan
una feminización de la pobreza que se agudizará en los próximos meses. Según un
estudio de ONU Mujeres sobre la igualdad de género en la agenda 2030 para el
desarrollo sostenible, para 2014 se estimaba que por cada 100 hombres de los
hogares más pobres, había 155,3 mujeres, es decir, más del 50%.
Además, cuando el discurso
del Presidente es violento y misógino, se habilitan todas las demás violencias,
en todos los niveles de la sociedad. El cierre de instituciones que intervienen
en estos delitos da vía libre a los ataques.
Por todo esto es que este 8
de marzo nos movilizamos juntas y dispuestas a no dar ni un paso atrás en los
derechos conquistados, a exigir el rechazo en el senado sin dilaciones y de
manera urgente, del DNU que pesa sobre nuestras espaldas Estamos decididas a
denunciar y a enfrentar las políticas de hambre y violencia y a ser motor de
lucha para todo nuestro pueblo.
Ana Marks
Legisladora Bloque Partido
Justicialista - Nuevo Encuentro
16 noviembre 2024
Opinion