Un agente policial de Viedma deberá ser indemnizado por la aseguradora de riesgos del trabajo (ART) luego de sufrir una lesión mientras intentaba controlar a un toro suelto en el barrio Santa Clara. El hecho ocurrió pocos días antes de la Navidad de 2022, cuando vecinos alertaron sobre la presencia del animal que generaba temor entre transeúntes y automovilistas.

De acuerdo con el expediente judicial, la delegación policial recibió el llamado y un grupo de oficiales acudió al sector para intervenir. Durante el operativo, el toro atacó a uno de los uniformados, quien al intentar ponerse a salvo cayó al suelo y se lesionó la mano izquierda. El agente fue atendido por la ART y, tras un tratamiento de fisioterapia, recibió el alta médica. Sin embargo, las molestias persistieron y la movilidad de la mano no se recuperó completamente, lo que motivó una demanda judicial.

La pericia médica realizada en el marco del juicio determinó que el trabajador padece una lesión ligamentaria en el pulgar izquierdo, consecuencia directa del accidente ocurrido en servicio. La especialista interviniente explicó que el pulgar es “el pilar principal de la mano, ya que proporciona la fuerza de oposición indispensable para realizar pinzas y prensas de fuerza con los otros cuatro dedos”. Precisó además que las secuelas correspondían a una ruptura del ligamento colateral cubital, generando limitaciones permanentes.

La Cámara Laboral de Viedma valoró la claridad y consistencia del informe médico, y advirtió que la ART no aportó pruebas que desvirtuaran las conclusiones periciales. En su fallo, los jueces remarcaron que el accidente se produjo en cumplimiento de funciones y que la caída del agente, al intentar esquivar al animal, fue el desencadenante directo de la lesión.

En consecuencia, el tribunal reconoció al trabajador una incapacidad laboral parcial y permanente del 7,93 por ciento, y ordenó a la aseguradora a abonar la indemnización correspondiente. Además, impuso las costas del proceso a la ART y reguló los honorarios de los profesionales intervinientes.

La sentencia reafirma el criterio de que los agentes de seguridad deben contar con la cobertura adecuada frente a riesgos propios de su función, incluso en situaciones imprevistas como la intervención ante animales sueltos en la vía pública.