Bariloche pide más seguridad

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La movilización se impulsó a raíz del último ataque contra un kiosco de calle Onelli y Sobral, que el sábado por la madrugada fue destruido con piedras y, aparentemente, disparos de balas por un grupo de personas que saquearon el comercio.

Este hecho se sumó, además, a otra serie de agresiones realizadas contra escuelas y viviendas de la ciudad.

Uno de los hechos

Alrededor de las 2.30 de la madrugada del sábado, un grupo de 6 o 7 personas, volvió a atacar el kiosco del vecino Omar Córdoba hasta destrozar por completo las vidrieras y el mobiliario interior, luego de ingresar y llevarse objetos.

El Subcomisario de la Unidad 28, Carrasco, informó a B2000 que los hechos comenzaron alrededor de las 2 de la mañana en un supermercado y en el kiosco, cuando hubo un corte de energía en la zona.

Según indicó, cuando se restableció la luz, aparentemente 20 minutos más tarde de haberse cortado, detectaron la alarma del supermercado de Onelli y La Paz, y al llegar al lugar el personal policial encontró a unas 15 personas intentando levantar la reja. Al recibir la voz de alto de la policía, respondieron con insultos y piedras y se retiraron por Onelli y Sobral, hacia el sur.

Luego el personal observó que un grupo de unas 7 personas salían con elementos del kiosco Manu, ubicado en Onelli, casi esquina Sobral. Ante la presencia policial respondieron tirnado piedras y retirándose. Una vez que la policía estaba dentro del comercio, el grupo regresó para arrojar piedras y disparar hacia el local, según la versión policial.

Con el apoyo de unidades de otras dependencias, finalmente se logró apaciguar el lugar que quedó absolutamente destrozado. Según el subcomisario Carrasco, los agresores se fugaron sin que pudieran identificarlos y no hubo personal policial ni delincuentes lesionados. Se inició una causa judicial por daño, robo calificado y atentado a la autoridad aunque solo pudieron identificar a un menor de edad.

Este viernes, el comerciente había dado una nota a Radio Seis para manifestar su impotencia por las sucesivas agresiones contra su local dado que había sufrido la rotura de los vidrios. En la oportunidad reclamó que aquellos a quienes les corresponde deben tomar cartas en el asunto porque "esto es zona liberada" e hizo referencia a lo ocurrido en la Escuela 320 y a constantes robos en la plaza y distintos lugares del barrio.

"Sabemos que la justicia dio orden que no se toque a los menores, la policía tiene las manos atadas", expresó y agregó que "un día vamos a tener que lamentar algo muy grave".

Cuestionó que "esto lo hacen de noche, amparados en la oscuridad, porque nunca tienen huevos en tirar una piedra de día".

Dramática situación en la escuela 320

En la noche del martes se vivió una dramática situación en la escuela 320, cuando sonó la alarma y la directora se acercó con personal policial a la institución y resultaron violentamente agredidas. La directora sufrió un golpe con una piedra en la cara, igual que la policía que la acompañaba y el chofer de la camioneta policial.

 

En diálogo con Radio Seis, Silvana Garcés, comentó que recibió un mensaje que sonaba la alarma alrededor de las 23.25 y se comunicó con la comisaría 28, cuyo personal se acercó al lugar y le avisó que estaba todo en orden. Luego sonó nuevamente la alarma y la directora decidió acercarse al lugar junto a su marido, pasando previamente por la comisaría. Al llegar vieron la puerta que da al patio exterior, con los barrotes rotos y comienzan a arrojar piedras. Los vehículos se fueron y la directora junto a una mujer policía quedaron en el lugar. Con una cadena cerraron la puerta para evitar que pudieran ingresar porque "cada vez más chicos arrojaban piedras".

Finalmente personal policial se comunicó para avisar que "estemos atentas, que nos iban a venir a buscar". Al acercarse la camioneta policial suben y sale el vehículo a mucha velocidad, pero "llovían piedras". Garcés comentó que se rompió el vidrio y algo le dio en la cabeza, además contó que la mujer policía estaba herida en el labio, y el chofer también debido a los piedrazos. Al llegar a la comisaría 28 continuó la "lluvia" de piedras y la ambulancia no podía acercarse por lo cual la directora se dirigió en su vehículo particular al Sanatorio San Carlos donde dijo que no pudo ser atendida por no contar con la orden de IPROSS y decidió trasladarse al hospital zonal donde recibió las primeras atenciones.

En la noche Criminalística no pudo acercarse a realizar los peritajes y por eso se suspendieron las clases en el turno mañana. "No sabía qué había pasado", dijo y al acercarse en la mañana encontró la escuela con gran cantidad de destrozos y robo de equipamiento, como una fotocopiadora y CPU con monitor, entre otros. Abrieron armarios y tiraron todo.

"Trabajamos para darle lo mejor a los chicos y el hecho de que jóvenes hagan estas cosas entristece", reflexionó Garcés, que conmovida agregó que "estamos trabajando porque amamos esta profesión".

El delegado de Educación, Pablo Zúcaro expresó su dolor por lo ocurrido y planteó su preocupación por "cómo seguir para adelante, después de una situación tan dramática, que después de eso vengan a llevarse la fotocopiadora, fue una zona liberada total, un nivel de impunidad donde puedo hacer lo que quiero, nos preocupa para adelante". Agregó que "esta escuela cuando fueron los trágicos hechos de 2010 no se vio afectada para nada, siempre estuvo resguardada de esta violencia, por eso estamos tan dolidos por lo que tuvo que vivir Silvana y la policía que vino, el marido, se vivió una situación dramática".

Expresó su preocupación por el protocolo de seguridad "que vamos a tener cuando vuelva a sonar la alarma en una escuela a la noche, antes que nada vamos a proteger la integridad de los compañeros".

Consultado por Radio Seis, el comisario Osvaldo Tellería respondió que debieron irse del lugar para evitar mayores problemas. Sostuvo que "creo que hay una situación social que todos la sabemos, en la cual tienen que intervenir otras instituciones, pero a las 3 de la mañana está el personal policial, la idea no es confrontar con estos jóvenes para evitar consecuencias mayores que pudieran surgir y que lógicamente ya se han vivido y que resulte afectado algún empleado policial con mayor gravedad, tanto de un lado como del otro".

Insistió en que hay instituciones que deben actuar para afrontar esta problemática social y consideró que la situación se va agravando, pero "la idea no es confrontar con los jóvenes que están en una situación de vulnerabilidad social".

El comisario agregó que también se debe trabjar con las familias porque no aclanza con trabajar con los menores.

Relató que durante este año resultaron lesionados 6 ó 7 efectivos con piedrazos y destacó que el personal policial "es muy conciente a la hora de trabajar frente a la situación que viven".

FUENTE: Bariloche 2000

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