Madres adolescentes en situación de vulnerabilidad

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Más allá de la situación procesal de esta joven, no puedo abstraerme de analizar su realidad, que seguramente se asemeja a muchas madres adolescentes en situación de vulnerabilidad social. Como sociedad cabe preguntarnos sobre el rol del Estado en estas circunstancias y qué intervención ha tenido antes, durante y después.

Lamentablemente debemos reconocer que los jóvenes son las víctimas más vulnerables de la pobreza: el desempleo juvenil, el hambre, la desnutrición, la legislación inadecuada y el empobrecimiento son perjudiciales.

Aquellos funcionarios que hoy conducen los destinos de la provincia pregonan que los jóvenes constituyen el mayor recurso humano para el desarrollo. El concepto es acertado y lo comparto, pero no se visualizan las acciones concretas en apoyo de los mismos.

Estoy convencida que nuestros jóvenes deben ser los agentes claves del cambio social, pero muchos de ellos se encuentran en grupos sociales acosados por la incertidumbre sobre su futuro y en inadecuadas oportunidades para la realización personal. Surgen muchos, demasiados interrogantes en relación a estos jóvenes y su relación con la familia, la comunidad y el sistema general.

La pobreza, y especialmente la pobreza crónica, es un factor de riesgo para la salud, tanto física como mental. La marginación e injusticia intensifican los efectos corrosivos de esa pobreza en su desarrollo. Las situaciones difíciles que atraviesan familias con alta vulnerabilidad social minan frecuentemente la relación paternal agravando el conflicto .

Esta joven madre ha perdido su hijo, necesita contar con asistencia psicológica, necesita encontrarse en un lugar adecuado para su tratamiento, necesita de un Estado presente, más allá de su situación procesal.

Me pregunto: Bariloche cuenta con una unidad penal en condiciones de albergar a esta joven? Hoy recibe la asistencia sanitaria que le corresponde? No estoy haciendo un juicio de valor sobre la intervención judicial, estoy diciendo que estamos frente a una joven en condiciones de vulnerabilidad social. Estoy diciendo que si queremos cambiar el comportamiento de la joven debemos darle herramientas para hacerlo y las unidades penales rionegrinas actuales no son el mejor lugar.

Sabemos que existen otras alternativas para las personas privadas de su libertad.

Las intervenciones que se adopten desde el Estado en este momento particular en la vida de la joven, van a incidir en su futuro. Ella forma parte del grupo etareo del que esperamos que sean el motor del cambio social. Por eso mismo no debemos equivocar el rumbo.

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