Cuatro agentes de la Policía de Río Negro fueron imputados por una serie de
delitos presuntamente cometidos contra dos adolescentes en la madrugada del 15
de junio pasado, en la localidad de J.J. Gómez. Entre las acusaciones figuran
tortura, lesiones leves calificadas, privación ilegítima de la libertad,
omisión de denunciar tortura y amenazas con arma. La medida fue dispuesta este
mediodía por el juez de Garantías interviniente, tras un cuarto intermedio en
la audiencia de formulación de cargos.
De acuerdo con la imputación presentada por el Ministerio Público Fiscal, el
hecho comenzó cerca de las 2:00 en un playón deportivo del barrio Alta Barda, cuando
cuatro integrantes de la Comisaría 47°, que patrullaban en una camioneta
oficial, se habrían dirigido hacia un grupo de jóvenes, momento en el que uno
de los agentes habría realizado disparos al aire para dispersarlos.
Una vez identificadas las víctimas, ambas menores de edad, se les habría
ordenado subir al móvil policial. Durante el traslado, según el relato fiscal,
fueron llevadas a un descampado, sin derivación a sede policial ni comunicación
con adultos responsables. Allí, uno de los efectivos les habría propinado
golpes, mientras sus compañeras intentaban disuadirlo verbalmente y otro agente
observaba sin intervenir.
La acusación sostiene que posteriormente el mismo agente habría ordenado a
los adolescentes correr y, nuevamente, efectuó disparos, uno de los cuales
impactó con un perdigón en el muslo de uno de los jóvenes. El episodio se
habría agravado con amenazas directas, con el arma en mano, por parte del mismo
funcionario. Las víctimas lograron huir y se ocultaron en una zona de sierras.
Como elementos probatorios, la fiscalía enumeró las denuncias penales
realizadas por las familias, certificados médicos, testimonios en Cámara
Gesell, informes forenses y registros oficiales de la Unidad 47°, así como la
identificación del vehículo utilizado.
En cuanto a las imputaciones formales, uno de los agentes fue acusado de
tortura, lesiones leves calificadas, privación ilegal de la libertad y amenazas
con arma. Las dos empleadas policiales fueron imputadas como partícipes
necesarias de la privación ilegítima de la libertad y autoras de omisión de
denunciar actos de tortura. El cuarto implicado fue imputado como partícipe
necesario de los mismos delitos que el agente señalado como autor principal.
La defensa penal pública y las defensas privadas solicitaron una
recalificación del hecho bajo la figura de vejaciones, lo que fue rechazado por
el juez.
El magistrado también hizo lugar a las medidas cautelares solicitadas, que
incluyen la prohibición de contacto, acercamiento y hostigamiento hacia las
víctimas y otras catorce personas identificadas por la fiscalía. Estas
restricciones estarán vigentes hasta el 2 de noviembre de este año,
coincidiendo con el plazo de investigación preliminar.
4 julio 2025
Judiciales