Según se supo esta semana, el encuentro tendría lugar el sábado próximo y del mismo participarían los integrantes de toda la planta política del distrito.
Hace un tiempo que Curetti observa algunas cuestiones que no le agradan, pero la gota que rebalsó el vaso habría sido un robo en su propia vivienda (durante su ausencia).
“Está molesto y viene a bajar línea”, dijeron algunas fuentes del justicialismo local, quienes afirmaron también que el titular de Vialidad de la provincia se muestra preocupado por otras áreas comunales.
El rumor señala que Curetti ve con intranquilidad el estado financiero del municipio y cierta inacción en la generación de nuevas obras públicas, así como supuestos desordenes en determinados proyectos que se encuentran en marcha.
Hace pocos días debió salir a desmentir por una radio de Viedma su regreso a la intendencia, aunque es real que sigue cada una de las cosas que suceden en Patagones, en el plano municipal.
Una situación previsible
Pese a la preocupación del intendente electo el 25 de setiembre pasado, era lógico que se instalaran dudas en el seno del gabinete. Jabier Garcés está gobernando un distrito con colaboradores a los que él no eligió, excepto el subsecretario de Gobierno, Damián Ojeda.
No obstante, son reglas de juego que el ex bancario de Stroeder aceptó y debería respetar.
Sus primeros meses al frente de la comuna demostraron que es un hombre con firmeza en las decisiones y que poco a poco está conociendo una función totalmente diferente a la que realizaba hace apenas seis meses.
La mayoría de sus funcionarios lo acompañan en estos pasos iniciales y la armonía hacia el exterior se advierte.
Sin embargo, en los grupos nunca falta un díscolo. En este caso, siempre hay un colaborar de Garcés que llama periódicamente a Curetti para ponerlo al tanto de las cosas que suceden en la ‘cocina’ del gobierno municipal.
Garcés sabe que esto existe y lo tiene identificado. Y ese hombre también conoce que lo descubrieron. Por eso pretende dejar su cargo, pero no lo dejan.
El alejamiento de Echarren
“Quiero cambiar de aire”, dijo públicamente Alejandro Echarren cuando abandonó la Secretaría de Obras Públicas. Una parte de ese fundamento es verdad, pero están quienes cuentan que seguramente hubiese deseado otro protagonismo en el actual esquema comunal.
Fue, quizás, el funcionario más importante de la gestión Curetti y hubiera merecido tener una oportunidad de ser el sucesor en la intendencia. Pero tampoco se puede estar una década ocupando un sillón de segunda línea, esperando que el líder político decida dejar su puesto.
Río Negro le brindó un lugar y un buen salario en la Secretaría de Obras Públicas, y allí fue. Incluso hasta se dijo que puede ser el sucesor del ex titular del área, Marcelo Cattini, quien fue echado de ese cargo por el gobernador Alberto Weretilneck.
Echarren trabaja en Río Negro, pero sigue ‘perteneciendo’ a Patagones. Nadie descarta que con el correr de los años –y con sus hijos más grandes (siempre dijo que deseaba disfrutarlos de pequeños y ser intendente se lo impediría) quizás tome el desafío de luchar por un lugar en el sillón de la calle Comodoro Rivadavia.
Mientras tanto, Garcés intenta gobernar con acciones cautelosas pero firmes. Curetti observa y aplica correctivos de vez en cuando. Y la oposición también mira -con atención- como han cambiado las cosas en el oficialismo. En el 2015, quizás, tenga la mejor oportunidad de los últimos años para llegar al gobierno. Antes deberán ordenarse y comenzar a posicionar una figura, que –por ahora- no existe.
26 noviembre 2024
Patagones