Se trata de una enfermedad febril cuyo agente transmisor es la Leptospira interrogans, (observada por primera vez en 1907) una bacteria que afecta a humanos y un amplio rango de animales, incluyendo a mamíferos, aves, anfibios, y reptiles. Los principales síntomas en la mayoría de los casos son: fiebre, cefalea, dolores musculares, articulares y óseos, ictericia, insuficiencia renal, hemorragias y afectación de las meninges. Es una enfermedad zoonótica, manifestándose principalmente en épocas de lluvias e inundaciones y de amplia distribución mundial.
La leptospirosis es una de las zoonosis más comunes y un importante problema de salud pública. La infección es comúnmente transmitida a humanos cuando agua que ha sido contaminada por orina animal se pone en contacto directo con lesiones en la piel, ojos o por las mucosas.
La bacteria sobrevive largo tiempo en el agua o en ambientes húmedos y templados, produciéndose más casos en verano y a comienzos del otoño.
La infección se produce por contacto directo con la orina o los tejidos del animal infectado e ingresa por lesiones en la piel o por las mucosas, o por medio del agua o el suelo contaminado luego de 4 a 8 semanas se observa y con síntomas similares a los del resfrío común, luego se observa ictericia, hemorragia cutáneo, fiebre, escalofríos y dolor muscular. Puede durar desde unos pocos días hasta tres o más semanas, dependiendo de su gravedad. Tiene una mortalidad muy elevada.
El diagnóstico de la Leptospirosis comprende el diagnóstico clínico, bacteriológico, molecular y serológico.
El tratamiento preventivo de los grupos de riesgos ocupacionales, debe realizarse mediante la aplicación de la vacunación, el cumplimiento de las normas sanitarias y la utilización de los medios de protección al trabajador.
26 noviembre 2024
Patagones