Intento masivo de fuga de la cárcel de Roca

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Todo comenzó cerca de las 22 de anoche, cuando los agentes de guardia detectaron dos boquetes por los cuales salieron varios internos hacia el patio de la unidad penal. Mientras se daban las primeras alertas y disparos, más de un centenar de reclusos salió de los pabellones por los huecos y comenzaron a correr en distintas direcciones, con el fin de ganar los muros del penal, en medio de una gran confusión.
Los disparos de postas de goma impidieron la fuga, pero de inmediato comenzó un motín en los cuatro pabellones del establecimiento carcelario, al tiempo que decenas de internos permanecían en el patio desafiando los disparos y las órdenes de regresar a sus pabellones.
El nerviosismo y descontrol eran tales que cerca de las 22 .45 Emilio Martínez, jefe de la U2 salió cerca de los portones, señalando que "no podemos contener el pasillo" central ni los pabellones y pidió la llegada del Cuerpo de Operaciones Especiales y Rescate COER (ex Bora) que arribó cerca de las 23.
En este momento se vivieron los momentos más dramáticos, ya que tanto agentes penitenciarios como los antimotines comenzaron a realizar masivos disparos con balas de goma y lanzaron bombas lacrimógenas, en un intento de hacer retroceder a los internos a sus celdas, que en un primer momento respondieron con una lluvia de piedras. La acción se concentró en el ala norte del penal, en las calles América y Maipú, aunque en el resto de los pabellones también se vivía una rebelión. Finalmente, a las 23.45 los internos ingresaron de nuevo en los pabellones, bajo disparos y una nube de gas lacrimógeno.
A poco de ocurrido el motín, llegaron al centro de detención el juez de Ejecución penal Juan Pablo Chirinos, el fiscal penal Miguel Fernández Jahde, el defensor oficial Gastón Martín e integrantes del Observatorio de DD.HH.
A la medianoche, el juez Chirinos confirmó a la prensa que a esa hora sólo se había recuperado el control del pasillo central y del Pabellón 2. No había recuento de heridos, pero se descontaba que había lesionados. Y se había comenzado una tensa negociación para liberar el resto. El Pabellón 4, depuso su actitud a las 12.30 y sólo estaba apaciguar la situación en el No.3. También llegó el juez de turno Rubén Norry que participó de las negociaciones con los internos.
Pasadas las 0:35 representantes del Observatorio y el juez Chirinos dialogaban con familiares, quienes reclamaban contacto con los reclusos para saber su estado. "Si no nos atienden vamos a quemar los autos que están afuera", dijo exaltada una mujer.

FUENTE: Diario Río Negro

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