Un empleado abogado a quien le toca padecer las consecuencias de la intolerancia política (es afiliado radical) o del fundamentalismo barato, tan de moda en estos días.
Lo peor es la falta de estilo. Lo echaron sin aviso previo y en la mitad del mes. Lo echaron de la manera más cruel a una semana del fallecimiento de su madre y en los días previos al día de la Madre. Pensó que se merecía una explicación y pidió una entrevista personal con la “defensora”, no se la dieron. Tampoco la “defensora” puso la cara con el gremio cuando fueron a preguntarle qué había pasado. No contestó el recurso administrativo ni el pronto despacho, y quién sabe si contestará la demanda judicial. Por supuesto el empleado está demandando la reincorporación en su puesto de trabajo porque el trabajo es suyo, no del funcionario de turno.
Ese trabajador soy yo, y seguramente escribo desde la indignación y la bronca. Pregunto: ¿Puede una persona ser tan mala?. ¿Estará tan mal asesorada? ¿O se le habrá subido la soberbia después de cobrar su primer sueldo de 40 lucas más los viáticos? En cualquiera de estas situaciones, pobres los rionegrinos, pobre la gente que confía en una buena gestión. No nos olvidemos que la Defensoría del Pueblo es el Organo de la Constitución encargado de frenar los desbordes de la Administración Pública… y de defender los derechos de los habitantes frente a los abusos del poder… y de controlar el funcionamiento regular de cada ministerio…
¿Puede una persona sin experiencia en la función pública asumir semejante responsabilidad sin que el saco le quede grande? Es una buena pregunta para los legisladores que levantaron la mano.
No quiero ser muy extenso, otro día les cuento algunas cosas muy jodidas que están pasando ahí adentro.
JORGE SAEZ. ABOGADO (legajo Nº 48 DPRN). DNI 17.506.174
16 noviembre 2024
Opinion