Un grupo de padres y madres de niños con dislexia se encuentran trabajando para que los diputados bonaerenses y los legisladores rionegrinos avancen en la sanción de la Ley Nacional que declara de “interés nacional” los tratamientos para personas que presentan Dificultades Específicas del Aprendizaje (DEA) y establece su cobertura integral por parte de las obras sociales y empresas de medicina prepaga.
Dolores Crespo, es la mamá de Catalina una niña de 11 a la que se le diagnosticó dislexia, y se encuentra dentro del grupo de padres que esta tarde participarán de las jornadas que se desarrollarán en Patagones, bajo el título "Patagones habla de dislexia: Un niño disléxico puede cambiar el mundo, solo necesita más tiempo", que estará a cargo de especialistas que llegaron desde Buenos Aires.
Dolores explicó que la dislexia "es un modo diferente de absorber el conocimiento que uno recibe en todos los ámbitos de la vida. Obviamente lo detectamos en los niños ahora pero hay muchas personas que recién en la edad adulta advierten que son disléxicos, que muchas de sus dificultades obedecían a esto".
Detalló que se trata de "una condición que no se modifica, por lo que hay que ir haciendo adaptaciones y recursos para poder desarrollarse en su vida y poder compatibilizar un poco el aprendizaje, pero no se modifica"-
"Por lo que he advertido, no sólo por la experiencia acompañando a nuestra hija, sino leyendo y escuchando a esta gente que justamente hoy expone, es que la dislexía se va manifestando en determinadas circunstancias y una de ellas que tal vez sea como más visible es el tema en el aprendizaje escolar, en la modificación del orden de los números y en la modificación o intercambio en el que mezclan las letras de una palabra, o se comen letras en el medio de la palabra, como que no las escriben, pero esta es sólo una manifestación más de las tantas que van teniendo", graficó.
Yendo a su experiencia personal relató que "hay niños que no pueden distinguir la izquierda de la derecha, nosotros hemos tenido con Catalina en su crecimiento durante mucho tiempo tuvo una cintita en su mano derecha, entonces cuando ella hacía un juego o en educación física, cuando tenía que ir para la derecha miraba esa mano y ahí sabía para que lado era".
"Justamente estas son las adpataciones que uno hace para que puedan desenvolverse en la vida, como tantas otras", manifestó Dolores.
"No es un retraso madurativo, es condición del desarrollo neurológico que a veces por falta de estímulos o de adpataciones, si puede producir un retraso como una consecuencia", señaló y remarcó que "si un niño no tuvo una adpatación en la escuela para aprender del modo que necesita, obviamente que va a tener un retraso porque no pudo incorporar el conocimiento, si se le enseña del modo que necesita si aprende y ahí evoluciona".
Dolores sintetizó que en el caso de los niños disléxicos "hay un código que necesitan descifrar, son muy prácticos, muy lineales".
"Lo que nosotros hemos podido advertir acompañando a Catalina en su escolaridad es que los equipos técnicos no fueron los que adviertieron esta posibilidad, hoy Cata tiene 11 años y recién a los 9 tuvo la detección a través de equipos privados, pero tampoco todos los privados los saben", resaltó la mamá.
Además adelantó que "uno de los temas que se van a exponer hoy es la necesidad de la adhesión de las provincias a la ley nacional que tiene que ver con la exigibilidad de los derechos, el reconocimiento de esta condición de los niños con dislexia y preparar a las obras sociales y a las escuelas en la adptación que tienen que llevar a cabo y en el acompañamiento de las familias la ley lo contempla y lo exige" y detalló que ni Río Negro ni Buenos Aires adhirieron.
Fundamento la necesidad de avanzar en este sentido en "el derecho a la educación de los niños, y el derecho al interés superior que va más allá que va más allá de una ley nacional o provincia que es el derecho de los niños a ser feliz".
22 octubre 2019
Interés General