El
incremento de la población de guanacos en la Patagonia genera opiniones
divididas entre quienes ven en estos animales una amenaza para la actividad
ganadera y quienes defienden su rol fundamental en el ecosistema regional.
Desde la Dirección de Fauna Silvestre de Río Negro aclaró que el incremento de
guanacos no constituye un riesgo para la economía rural ni una amenaza para el
ecosistema. Fabián Llanos, profesional del área, enfatizó que "como
especie autóctona, no deben considerarse una plaga, sino que cumplen una
función clave en el equilibrio ambiental de la región".
Llanos
explicó que, históricamente, la población de guanacos en la Patagonia era mucho
mayor, con estimaciones de alrededor de 22 millones de ejemplares antes de la
introducción de ganado ovino en el área. "Hoy no supera el millón de
ejemplares", aseguró, refutando la percepción de sobrepoblación y
destacando que la provincia de Río Negro, en particular, cuenta con una de las
poblaciones de guanacos más bajas de la región. Según el profesional, el
problema no radica en la densidad de guanacos, sino en el manejo de la
actividad ganadera, que, en muchos casos, provoca el desgaste del suelo por
sobrepastoreo.
El
profesional también destacó que el guanaco posee adaptaciones evolutivas que le
permiten convivir con el entorno sin degradarlo. A diferencia del ganado
introducido, como ovejas, caballos y vacas, que erosionan el suelo con sus
pezuñas duras, el guanaco tiene almohadillas blandas que no dañan la capa
fértil del suelo, lo que contribuye a la conservación de los pastizales.
“Nuestros herbívoros autóctonos evolucionaron sin dañar el suelo. En cambio, la
sobreexplotación ovina desertificó muchos campos de la Patagonia”, afirmó
Llanos.
Ante
las críticas por la supuesta competencia entre guanacos y ovejas por el pasto,
Llanos explicó que, cuando se trata de forraje limitado, el ganado ovino
desplaza naturalmente a los guanacos, quienes tienden a ocupar áreas que las
ovejas no utilizan, como terrenos alejados de aguadas o zonas de vegetación de
baja preferencia para el ganado. En este sentido, se mostró en sintonía con el
comunicado del CCT CONICET CENPAT, que también rechaza la idea de que los
guanacos compitan agresivamente con el ganado. Además, Llanos subrayó la
importancia del manejo adecuado de las tierras, mencionando que ciertos
productores han implementado prácticas de rotación y cuidado de los pastizales,
logrando una coexistencia armónica con la fauna silvestre.
Otro
aspecto relevante, según Llanos, es la contribución del guanaco al ciclo
ecológico. El guanaco es un componente vital para la fauna de la región: su
presencia es fundamental para el sustento de predadores como el puma, quien al
alimentarse de guanacos reduce sus ataques al ganado doméstico. Asimismo, el
cadáver de un guanaco cazado por un puma alimenta a una variedad de carroñeros,
incluyendo cóndores, zorros y otros animales que dependen de los restos para
sobrevivir.
Por último, mencionó el potencial productivo del guanaco, especialmente en la industria de la fibra. Con técnicas de esquila sustentables, que se han implementado con éxito en Río Negro, es posible aprovechar la fibra de este animal, una de las más finas del mundo, sin necesidad de poner en riesgo la especie ni su rol ecosistémico. “El guanaco tiene un valor estético, cultural y hasta turístico", afirmó, y sugirió que su explotación responsable podría representar una alternativa económica viable para la región.
22 noviembre 2024
Río Negro