Aquel antiguo axioma proveniente del latín que expresa textualmente “Errarum humanum est” significa que errar resulta una condición inherente al ser humano y por lo tanto, -la mayoría de las veces-, resulta piadosamente perdonable todo lo incorrecto. Pero cuidado, cuando alguien se equivocó en la información suministrada, la mínima acción que puede practicar es solicitarle las disculpas públicas que el caso tratado demande.
Lo señalado en el párrafo anterior, se relaciona con la abundante cantidad de información que se procesó y difundió a nivel nacional a partir de la situación de la desgraciada desaparición de la familia Pomar, hecho ocurrido a fines del año 2009 en la Provincia de Buenos Aires.
En una primera instancia, se supuso la posibilidad de una desaparición forzosa; secuestro; autosecuestro; efedrina; esquizofrenia; múltiples suposiciones falaces que sometieron a un profesional, -excelente Padre de Familia (hoy fallecido)-, a que fuera dura e injustamente injuriado por alguna presunta inconducta suya, la cual era totalmente inexistente y ajena a su comportamiento como Hombre de Bien. Al SEÑOR Pomar se lo destruyó y denigró públicamente en base a conjeturas esgrimidas por especialistas en investigaciones delictivas de canales Capitalinos sin presentar la mínima certeza, ni evidencia acerca de su destino y el de su entrañable familia. Lamentablemente, este joven no tuvo la oportunidad de defenderse y decir su verdad, la única. La cual demoró 24 días del último bimestre de 2009 en ser develada. Tal vez, para algunos la comprobación de un trágico accidente fue públicamente minimizada hasta tal punto que se consideró como si el “hecho” que se buscaba descubrir fuese un acontecimiento mayor a lo acontecido en la realidad.
Y después de ello para qué pedir disculpas, total el hecho ya ocurrió y todos fueron “cómplices silenciosos” de un dolor punzante de la familia que jamás podrá mitigar. Aquí radica la diferencia y la equivocación. La honestidad y la personalidad de bien del Joven Ingeniero, debería ser reivindicada de la misma forma e intensidad con que se lo denostó públicamente por los Medios de Comunicación.
Para este caso en particular, debería establecerse una especie “nobleza periodística” donde se obligue a los comunicadores sociales a pedir disculpas públicamente. Algo de ello, intentó improvisar el reconocido periodista Luis Majul, quién fue el único periodista en reconocer ante la audiencia televisiva lo verdaderamente ocurrido. Menos mal que el joven fallecido tenía algunas amistades que espontáneamente fueron apareciendo en escena y expresando la verdad sobre las conductas normales de su amigo ya desaparecido pero que no fueron difundidas con la misma intensidad que las primeras noticias del suceso.
Por ello, prudencia, los que escribimos, los periodistas de radio y televisión y todos aquellos que emiten su opinión públicamente deben tener conciencia de lo que ello significa para la Sociedad.
La incontinencia verbal llevada al periodismo escrito u oral constituye un arma de doble fijo, ya que no siempre las ligeras apreciaciones u observaciones son consideradas en la dimensión que les corresponde.
Siempre se debe someter a las noticias a un chequeo obligatorio para comprobar la veracidad de las mismas. Dicen que consultar hasta tres fuentes distintas es el procedimiento adecuado previo a la publicación de las mismas, pero no todos los periodistas estilan utilizar dicha costumbre.
Por último, todo el Conjunto debe pedirle disculpas a la familia Pomar porque la mayoría de las personas también tuvo pensamientos desviados con respecto al luctuoso suceso, ya que nadie imaginó el desenlace y trágico final.
Para finalizar, aunque no lo conocí en persona, les debemos el mayor de los respetos para el fallecido Ingeniero y toda su querida familia, y que nadie olvidará de la incapacidad y la omisión superlativa cometida por la Policía de la Pcia de Buenos Aires durante su búsqueda y posterior hallazgo.
* Docente. Ex Concejal de Viedma. Ex Director de Personal Docente. Ex Subdirector de Comercio Interior de Río Negro. Fundador y Primer Presidente de la Asociación de Defensa del Consumidor de Viedma (DECOVI) y Autor del Primer Manual Instructivo Nacional de Defensa del Consumidor.
22 octubre 2019
Interés General