16 octubre 2011
Interés General
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En este sentido desde la Secretaría de Salud y el Hospital de Agudos Dr. Pedro Ecay recomiendan, con el fin de evitar el consumo, que los padres comiencen a hablar con sus hijos desde que son pequeños, ya que la accesibilidad de los jóvenes a las bebidas alcohólicas es cada vez mayor, a pesar de las prohibiciones impuestas de su venta a menores.
En la actualidad asistimos a una creciente demanda de información sobre los patrones de consumo de alcohol en nuestra sociedad, por la problemática social y personal que plantea. Dentro de estos patrones adquieren una mayor importancia los asociados a las pautas de consumo de la adolescencia y juventud, que va aumentando, tanto en número de bebidas adquiridas, como en el de su graduación alcohólica.
Por ello es necesario que los mayores fortalezcan el intercambio con los jóvenes, fortaleciendo el interés, el compromiso y el respeto.
La información da cuenta que el 40% de los jóvenes menores de 14 años consumen alcohol, mientras que el 70% de los adolescentes consume alcohol/droga antes de la primer relación sexual.
Este tipo de adicciones favorece el contagio de infecciones por transmisión sexual, embarazo y situaciones de violencia.
Por ello los padres deben estar atentos a los cambios de hábitos, higiene y carácter, pérdida de apetito, pérdida de interés en actividades deportivas, falta a la escuela injustificada, aumento de conflicto con familiares y amigos; y por sobre todas las cosas brindar el ejemplo ya que los niños aprenden de los adultos.
Cabe señalar que la juventud, como regla general, no asocia el consumo de alcohol con los problemas que de él pueden derivarse, ellos esperan del alcohol cambios positivos globales (facilitador de expresividad emocional, desinhibidor y potenciador de las relaciones sociales, etc.), y a la vez no creen que dicha sustancia tenga consecuencias negativas, influyendo considerablemente en un mayor consumo durante el fin de semana, donde las relaciones interpersonales se intensifican. Por eso anticipar los "efectos positivos" y no las verdaderas consecuencias negativas, conlleva a que se produzca un mayor consumo social.
Esta consideración positiva hacia el alcohol, hace que se considere al mismo como una droga socialmente aceptada y de amplia difusión, lo que hace que los adolescentes, en un amplio porcentaje, no valoren el alcohol como una droga y no consideren su consumo como puerta de entrada hacia la adicción a otras drogas, sin embargo hay varios estudios que demuestran todo lo contrario y según los cuales es muy poco frecuente el uso de cocaína o heroína, sin haber consumido anteriormente tabaco, alcohol o cannabis.
22 octubre 2019
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