El propietario, Vicente Verkys, presenta a La Pinta como “un local gastronómico pensado cien por ciento para la gente de Bariloche que surgió del trabajo y esfuerzo de barilochenses y como la reinvención de otro restaurante, ante este panorama no turístico al que nos empujó el volcán”. De esa manera, resume la dinámica de un negocio familiar que lleva años y que originalmente comenzó con “El Boliche Viejo” en El Limay, luego con “Tarquino” que cerró el 20 de junio de 2011 y desde el 1 de julio reabrió sus puertas con una imagen renovada en el mismo lugar -24 de septiembre y Saavedra- como “La Pinta”.
Verkys explicó que tuvieron que “volver a tentar” al público residente, por lo que buscaron la forma de hacerlo de una manera “original y atractiva”, sin olvidarse los costos accesibles. Si bien es una combinación ideal que no siempre se puede concretar, para él esto es posible y lo considera un factor clave y decisivo para captar también al turismo que no tiene un poder adquisitivo tan alto. En este sentido, apuntó al contexto local que vive la comunidad después de la erupción volcánica y aclaró que “si se le encuentra una vuelta al negocio, principalmente el gastronómico, hay una salida” e hizo referencia al cambio que sufrió el mercado y comentó que “no se puede apuntar solamente al turismo de alto poder adquisitivo. Tiene que haber otras opciones, trabajar con precios más bajos y no esperar a que lleguen las vacaciones de invierno y ver la forma de trabajar durante todo el año”.
Hizo hincapié en que “a pesar de la crisis, la gente quiere salir a comer una o dos veces por mes” y para ello “no hay muchas opciones”, por lo que la propuesta de La Pinta es ser un lugar elegido también por sus precios. En este aspecto, resaltó que los martes y viernes hay “pizza libre” con una cerveza a un valor de $ 50 por persona. Una iniciativa que “es elegida por mucha gente que viene a reunirse con amigos”, detalló.
La “mutación” por la que han pasado tuvo que ver con esa adaptación que emprendieron a partir de la demanda que han tenido, desde las carnes argentinas que ofrecía Terquino, apuntando a un target diferente hasta la pizza a la parrilla que se vende con éxito en la actualidad. Sin olvidarse de las cervezas artesanales de La Cruz y La Berlina, además de las reconocidas marcas internacionales que saben acompañar la principal especialidad de la casa. Por otro lado, también sirven empanadas, picadas y ensaladas para los que deben continuar trabajando y quieren comer liviano. Por ejemplo, una cena con una bebida cuesta entre $ 50 y $ 60.
Adelantó que próximamente habrá un cambio en la carta de menú, en la que incorporarán carnes “por el pedido de extranjeros que quieren probar la carne argentina”, destacó el dueño. Por otro lado, ofrecerán algunos platos de pastas, más entradas, y lo que se conoce como “finger food”.
Verkys resaltó que el restaurante que ha tenido una buena respuesta por parte de los barilochenses gracias a la publicidad que la misma gente hace “de boca en boca”, sin la necesidad de hacer demasiada publicidad contratada.
Por último, para aquellos que deseen comer en su casa, podrán hacer el pedido de pizza y empanadas al teléfono 4434774. Cabe destacar que el horario de atención es de 12 a 15 horas y de 20 a 24 horas, durante todos los días a excepción del lunes que cierra al mediodía.
FUENTE: Económicas Bariloche
22 octubre 2019
Interés General