Si bien cuenta con leyes que le abren una puerta a las modificaciones que pretende, en muchos aspectos las tareas deben hacerse desde ‘cero’. Río Negro, por ejemplo, no posee estadísticas de reincidencia delictiva. Ni hablar de la imperiosa necesidad de invertir en elementos y recurso humano para la Policía.
Seguramente es una ventaja para él y su equipo que haya estado anteriormente en el mismo cargo.
Muchos pueden preguntarse si está bien convocar a alguien que ya estuvo en el mismo cargo y que, según sus propias palabras, no alcanzó los objetivos deseados. Pero su proyecto convenció al gobernador y al senador Miguel Pichetto, además de haber sido uno de los pilares de la gestión de la ministro Nilda Garré.
En la teoría sus ideas parecen muy buenas. El tiempo dirá si en el Río Negro de hoy se pueden llevar a la práctica.
LA PALABRA: ¿Cuál es su plan de seguridad y como piensa ejecutarlo?
BERMEJO: Cuando uno gestiona un plan es muy probable que deba irse de la gestión sin haber cumplido una parte. Luchamos para ver qué proporción se puede llevar a la práctica. Pasó, por ejemplo, que en la anterior gestión diseñamos la ley 4.200, de Seguridad Pública, pero por falta de voluntad política prácticamente no se pudo aplicar. No voy a criticar ahora a las anteriores autoridades, pero lo cierto es que no se aplicó casi nada, salvo el capítulo donde el secretario de Seguridad tiene la facultad de desafectar temporariamente a un miembro de las fuerzas de seguridad.
Lo actual no es una ley, sino trazar un plan de seis ejes, que serían las guías de acción.
LA PALABRA: ¿Es lo que le pidió el gobernador?
BERMEJO: Es lo que me pidieron el gobernador y el senador (Miguel) Pichetto al momento de convocarme y de acuerdo a eso elegí a un equipo de gente muy capacitada a nivel nacional. Afortunadamente vinieron, me están acompañando y son quienes están elaborando el plan.
Queremos lograr la participación activa de los municipios. Sabemos que cuando (Alberto) Weretilneck fue intendente generó una serie de medidas que son trascendentes, en una ciudad castigada por el delito en diferentes oportunidades, con crímenes importantes en la historia delincuencial de la provincia. Eso lo llevó a emprender caminos de investigación científica. Es una persona muy empapada en la problemática de la seguridad. Eso es un elemento fundamental en nuestra gestión: que nuestro gobernador entienda lo que estamos hablando nos ahorra la mitad del camino.
Otro eje de nuestro programa se centra en la participación comunitaria a través de un área donde se desarrollarán técnicas para capacitar a la gente común, se generarán liderazgos en mesas barriales que vayan expandiendo una filosofía de paz y convivencia entre los ciudadanos. Ello permitirá, además, realizar un control popular del servicio que el Estado presta en seguridad.
También es necesaria la modernización y reforma en la Policía provincial. En ese sentido, hay que cambiar la ley orgánica, que tiene normas de la época de la dictadura que generan una corporación que se autogobierna y se autoprotege. Tenemos que hacer una Policía mucho más profesionalizada y capacitada, pensada en tres pilares fundamentales. Uno es el netamente administrativo, que no necesariamente debe estar en manos de personal policial, sino de civiles y profesionales que puedan hacer los trámites más ágiles. El segundo pilar consiste en destinar a los policías netamente a la prevención y la seguridad, donde se pueda hacer una carrera sin temor a que lo vayan cambiando de especialidad. El tercer pilar está vinculado a la policía en función judicial, aunque aún lo estamos analizando y haciendo las consultas ante las autoridades de la Justicia rionegrina. Yo, particularmente, no soy partidario de desdoblar la Policía; en este aspecto (Ariel) Gallinger piensa lo mismo que yo
Los efectivos, en ese nuevo modelo, podrán ascender únicamente mediante las capacitaciones y los concursos internos. No hay que descartar la idea de ascensos por antigüedad, pero lo que vale es haber hecho los cursos durante la carrera.
Participación comunitaria
LA PALABRA: ¿Y el presupuesto para este plan?
BERMEJO: No es tanto el presupuesto que se necesita, por ahora. Ya hay para la compra de 100 vehículos policiales, que podríamos recibirlos entre noviembre y diciembre. En este momento hay 200 patrulleros en toda la provincia, es muy poco. Es muy difícil gestionar cualquier inversión debido a los múltiples controles de diversas áreas del Estado, lo que demora mucho las cosas, pero es un tema que –me aseguró el Vicegobernador- se va a solucionar.
Con referencia a la participación comunitaria, estamos haciendo una pequeña prueba piloto en el barrio Lavalle de Viedma, con jóvenes constructores de la paz del barrio. Se van eligiendo líderes, quienes se capacitan y capacitan a otros líderes, con un seguimiento nuestro permanente.
LA PALABRA: ¿Cómo seleccionaron los jóvenes?
BERMEJO: Gente de mi equipo fue a buscar a los chicos más conflictivos. Los traemos a la Secretaría, el mozo les sirve café y charlamos. Son los más conflictivos, no buscamos los más fáciles, y ahí comienzan a aparecer personas que se quieren vincular y trabajar por el barrio. Los mismos chicos se dan cuenta que si siguen así estarán cada vez más cercados, en un barrio donde no pueden entrar los repartidores, los taxis, etc. Uno de ellos nos contaba que su madre se enfermó y la ambulancia no quería entrar. Él mismo padecía lo que estaba generando.
LA PALABRA: ¿Qué lugar tienen Educación, Salud y Justicia en ese plan?
BERMEJO: Estamos trabajando juntos, aunque hay que afinar muchas cosas.
LA PALABRA: ¿Están preparados para enfrentar esa tarea?
BERMEJO: Tienen muchas ganas y van apareciendo profesionales, en un efecto multiplicador. Hace unos días el juez Guillermo Bustamante participó de una de las reuniones con la comunidad educativa de la escuela del barrio Lavalle, opinó y escuchó opiniones. Eso la hace sentirse acompañado y nosotros sentimos su acompañamiento. En eso consiste la participación comunitaria, en zambullirse entre la gente.
La puerta giratoria
LA PALABRA: ¿La gente le pide a los jueces lo mismo que usted públicamente, sobre las rápidas excarcelaciones de algunos detenidos?
BERMEJO: Uno habla y dice cosas según un contexto y escenario en el que se encuentra. En una entrevista me preguntaron si podía explicar por qué los delincuentes eran detenidos y salían rápidamente y contesté que para mí era inexplicable. Estaba bastante molesto porque veía que hacíamos muchos procedimientos, deteníamos y al día siguiente los mismos chicos cometían los mismos delitos. Después hablé con el Juez de Instrucción y me mostró sus actuaciones en cada uno de los casos. Es cierto, esos chicos tienen muchas causas abiertas, pero la Policía también tiene una parte de responsabilidad en una serie de errores al momento de confeccionar las primeras actuaciones sumariales. Por eso necesitamos una policía de investigación capacitada.
Por otra parte, estamos revisando el rol del Hogar Pagano porque tener un instituto como ese no sirve para nada.
Inimputabilidad, cárceles y Hogares de Menores
LA PALABRA: ¿Qué opina sobre las edades y la inimputabilidad?
BERMEJO: En ningún momento se me pasó por la cabeza que sea necesario bajar la edad de la inimputabilidad. Los menores delinquen producto de una circunstancia. A veces vemos chicos que tienen conductas de adultos debido al acceso a diversas posibilidades, como la informática. Estos fenómenos no tienen que ver con la edad.
LA PALABRA: ¿Con qué tienen que ver?
BERMEJO: Tienen que ver con la lucha contra el crimen organizado, como el narcotráfico o la trata de personas. Por ejemplo, hay mucha gente a la que le gusta tener una vida fácil, entonces vende droga y se compra la camioneta 0 kilómetro. Para vender esa droga utiliza un chico, al que le regala primero la droga. El verdadero delincuente no es el chico, sino el que lo llevó a esa situación.
Nuestra tarea debe ser agarrar a ese pibe e incorporarlo a un sistema educativo, primero, y luego llevarlo a manos de operadores sociales que puedan diagramar un método que lo contenga todo el día: que se levante temprano, que haga deportes, que camine, que se ventile, que se cocine, que se solucione los problemas cuando la familia no lo contiene y que se asocie con otros chicos en actividades comunitarias.
LA PALABRA: ¿Y cuando ya está en el camino de la delincuencia?
BERMEJO: Hasta acá veníamos hablando de chicos tomados en etapa de prevención. Cuando ya ingresaron al sistema penal hay que caer necesariamente en el tema de las cárceles, que son un mal que no tienen reemplazo. Pero así como están no sirven para nada porque pasan a convertirse en una escuela del delito.
Nos metemos, entonces, en la cuestión del sistema penitenciario. La ley que, al respecto, tiene Río Negro es muy buena: pone a la seguridad –dentro de la cárcel- en un aspecto secundario y aspira a una cárcel abierta. El logo de ese sistema es un sol, que significa que es una persona que está mirando a la vida, que la gente que está dentro mire la luz y que sienta que allí puede estudiar y capacitarse. Acepto y asumo que actualmente hay gravísimas deficiencias, pero firmaremos un convenio con la Nación para capacitar a 200 agentes penitenciarios. Vamos a tratar de mejorar las cárceles, especialmente el recurso humano.
LA PALABRA: ¿Lo mismo harán con los Hogares de Menores?
BERMEJO: No conozco en profundidad como funcionan, pero veo que no funcionan. A veces se convierten en una coartada, cuando (los chicos) fundamentan que no fueron los autores de un delito porque estaban internados en uno de esos hogares. He dado instrucciones para que el tema se estudie a fondo porque como están no pueden seguir funcionando, no sirven para nada y hay que reemplazarlos. Es difícil y habrá que hacer algunas modificaciones legislativas.
LA PALABRA: ¿Hay altos índices de reincidencia en los menores?
BERMEJO: Estamos muy flojitos de estadísticas en la provincia de Río Negro. A fuerza de ser sincero, hoy no puedo decir el índice de reincidencia, es una tarea pendiente.
LA PALABRA: ¿Cuál es su opinión respecto de la reforma del Código Procesal Penal?
BERMEJO: Soy partidario de un sistema acusatorio porque creo que es lo más democrático que hay. De todas maneras es sencillo hablar de cambiar el Código, pero hay que tener los fondos para el nombramiento de jueces y fiscales y que todo actúe rápidamente. Lo más importante es que el sistema de la oralidad sea el que reine en función de la celeridad de la decisión del juez respecto de una causa, dependiendo de cual sea la importancia y la gravedad del delito que se está analizando.
¿Sensación o realidad?
LA PALABRA: ¿Existe o no la sensación de inseguridad?
BERMEJO: Esto tiene que ver con dos conceptos que no nos llevan a ningún lado: hay quienes dicen que hay inseguridad objetiva e inseguridad subjetiva. Una cosa es la cantidad de delitos reales que se producen y otra es la percepción que la gente tiene acerca de si se siente o no segura de que no va a ser víctima de un delito.
LA PALABRA: ¿La percepción de inseguridad es infundada?
BERMEJO: No, no es infundada. Vamos a hacer una encuesta de victimización para poder encontrar algunos elementos de análisis. Lo haremos despacio, tranquilos, después de haber ordenado todo el sistema veremos como se empieza a sentir la gente. Las encuestas nos mostrarán quienes realmente han sido víctimas, quienes son conocidos de otras víctimas, quienes tienen más miedo y menos miedo y –además- qué tipo de delito. Hay que trabajar desde el Estado para que la gente no tenga miedo, que baje el delito y baje el miedo, pero esto no es matemático.
La Prensa
LA PALABRA: ¿Qué opina de la relación prensa-seguridad?
BERMEJO: Yo no me quiero pelear con la prensa, como primer punto, pero creo que es toda una cuestión que hay que estudiar sobre la seguridad y el rol de los medios de comunicación. No hay que negarse a eso. Hay que desmenuzarlo al tema. Si fuera periodista me preguntaría sobre mi rol en esta temática. Entiendo, de acuerdo a lo que leo de los especialistas en el tema, que en primer lugar a la noticia hay que ponerla en contexto y analizar la forma de comunicar un hecho. Se debe empezar a establecer en la comunicación posibles vinculaciones del hecho delictivo, en función de la información que el periodista vaya obteniendo sin perjudicar la información. Hemos visto canales capitalinos, por ejemplo con el caso de Candela, hacer un desastre con la investigación. Hay muchas formas de reflejar lo que pasa.
22 octubre 2019
Interés General