Carta Abierta de la Senadora Magdalena Odarda al Ministro de Ambiente y Desarrollo Sustentable, Sergio Bergman

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Actualmente, estamos sufriendo un incendio sin precedentes al norte de Rio Negro, sur de La Pampa y de provincia de Buenos Aires que ya arrasó con cerca de 800 mil has de pastizales, animales ovinos, bovinos y cultivos en solo algunas semanas. Los daños económicos y ecológicos son irreparables. Perdidas de cultivos, maquinaria y animales constituyen un saldo devastador para la economía regional.
 
Según el laboratorio de Teledetección del INTA Valle Inferior, se incendiaron 543.000 hectáreas, con unas 13.000 hectáreas en Adolfo Alsina, 179.000 hectáreas en el departamento de Conesa, 273.000 hectáreas en Pichi Mahuida y 77.000 en Patagones. Solo entre el 30 y el 31 de diciembre se perdieron 215.000 hectáreas. [1]
 
Existen algunos informes que alertaron acerca de las condiciones climatológicas como el Informe Nacional de Peligro de Incendios de Vegetación, del Servicio Nacional de Manejo del Fuego del MAyDS (mes noviembre 2016), en el que se afirma que en la región Patagonia “Las condiciones esperadas para el trimestre próximo son de temperatura normal o superior a la normal; en Neuquén, oeste de Río Negro y oeste de Chubut las mismas serían superiores a las normales”.
 
En dicho informe, además, se destaca que “durante el trimestre en curso, sobre el noroeste de la Patagonia y Mendoza, las condiciones de peligro deberán evaluarse detenidamente debido a las temperaturas previstas por encima de los valores normales. En Mendoza, los indicadores de peligro al día de la fecha se encuentran elevados, mientras que en Patagonia, se registra un importante déficit acumulado de precipitaciones en zona cordillerana, como ya se mencionara en informes previos.”
 
A estos incendios recientes debe sumarse la situación en la región cordillerana patagónica. Durante los años 2014/2015 casi 42 mil has de bosque nativo desaparecieron en las provincias de Chubut, según un estudio realizado en esta provincia. A ello deben sumarse los incendios en la cordillera rionegrina que para ese periodo y enero 2016, elevaron el numero a un total de 60 mil has, aproximadamente. Más tarde, se quemaron casi 2 mil has en el PN Los Alerces, muy cerca de los focos del año anterior. La mayor parte de estos incendios fueron intencionales.
 
Como no escapa a su conocimiento, este año las condiciones climáticas en la región andino-patagónica, tienden a agravarse. El Servicio de Prevención y Lucha contra Incendios Forestales, en el periodo enero/junio 2016, registró muy bajos niveles de precipitación en la Comarca Andina del Paralelo 42 (norte Chubut, sur de Rio Negro). Estos valores coinciden con la situación observada en Bariloche donde las precipitaciones registradas son las más bajas en los últimos 22 años.
 
Otro dato relevante desde lo climático es la transición “Niño – Niña”; que para este año sería muy similar a la situación de “stress hídrico” 1998 y 1999; extremadamente compleja desde el punto de vista de los incendios forestales en la región.
Por todo esto es que es imprescindible que desde el Estado se tomen todas las acciones preventivas posibles, sumando nueva legislación, mayores recursos y más eficientes con el objetivo de compensar la situación climática desfavorable.
 
En este sentido, presenté un proyecto de ley que modifica la ley de Manejo del Fuego, protegiendo a los bosques nativos que hubieran sido objeto de incendios forestales, donde no podrá modificarse el uso y destino que estas superficies poseían con anterioridad al incendio. Esta norma tiene media sanción del Senado, fue modificada en Diputados y espera ser tratada nuevamente en la Cámara Alta a pesar de los infructuosos esfuerzos de mí parte para que el proyecto fuera incluido en sesiones extraordinarias del mes de diciembre. 
 
Por ello es que solicito a Ud. como Ministro que intervenga ante el Poder Ejecutivo nacional para que en caso necesario cite a sesión de urgencia para que se trate el proyecto de ley, a los fines de su tratamiento y aprobación.
 
Una ley que proteja al bosque nativo y desaliente los incendios intencionales cuyo fin, en muchos casos, es la especulación inmobiliaria, se hace imprescindible. La conservación de los bosques es un compromiso que no se puede eludir y el estado nacional ha asumido su protección así como también cada una de las jurisdicciones provinciales. Los incendios en la cordillera patagónica afectaron especies milenarias que no podrán recuperarse fácilmente y por lo tanto, tardaran siglos en reaparecer. El impacto sobre el equilibrio sistémico es grande e incluye la calidad de las aguas de ríos y lagos.

Las medidas concretas deben tomarse sin más retrasos y esto se resuelve con acciones concretas.
 


Magdalena Odarda
Senadora Nacional por Provincia de Río Negro

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