La Cámara del Trabajo de Viedma reconoció una incapacidad mayor a la inicial y dictaminó el resarcimiento por parte de la ART

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Un trabajador de Aguas Rionegrinas recibirá una indemnización tras haber sufrido un accidente mientras realizaba tareas de reparación dentro de un pozo, donde el derrumbe parcial de una de las paredes le provocó lesiones de consideración. La Cámara del Trabajo de Viedma reconoció que el operario sufrió una incapacidad mayor a la inicialmente diagnosticada y ordenó a la aseguradora a cargo que efectúe el pago correspondiente.

Según pudo reconstruir este medio a partir de fuentes judiciales con acceso al expediente, el hecho ocurrió mientras el operario cumplía funciones en el interior de un pozo como parte de una intervención en la red de agua. En ese momento, una de las paredes laterales cedió de manera repentina, generando un desmoronamiento de tierra que impactó directamente sobre su cuerpo, especialmente en los miembros inferiores.

El trabajador fue asistido de forma inmediata y trasladado para su atención médica. El diagnóstico inicial determinó una fractura de peroné en la pierna derecha, con necesidad de inmovilización, tratamiento clínico y posterior rehabilitación. La Aseguradora de Riesgos del Trabajo (ART) correspondiente —Horizonte Compañía Argentina de Seguros Generales S.A.— otorgó las prestaciones médicas previstas y calificó la incapacidad en un 4,90 por ciento.

Disconforme con esa evaluación, el operario inició el procedimiento ante la Comisión Médica, que derivó finalmente en una acción judicial. La clave del fallo fue una pericia médica realizada durante el proceso, en la que se concluyó que el daño funcional era mayor. El informe, elaborado sobre la base de estudios clínicos y una evaluación física detallada, concluyó que las secuelas representaban una incapacidad del 7,60 por ciento.

Entre las consecuencias físicas señaladas se destacó la limitación en la flexo-extensión de la rodilla derecha, dolor persistente y disminución de la fuerza muscular. De acuerdo con los profesionales intervinientes, estos síntomas afectan el rendimiento físico en actividades laborales que demandan esfuerzo o movimientos repetitivos, como las que el trabajador solía desempeñar.

Ante esos elementos, la Cámara del Trabajo de Viedma reconoció el nuevo porcentaje como derivación directa del accidente laboral y ordenó el resarcimiento. En su resolución, el tribunal valoró la claridad y objetividad del informe pericial, y consideró que la ART no aportó prueba suficiente para cuestionar sus conclusiones.

La sentencia deja firme el derecho del trabajador a ser compensado conforme al verdadero impacto del accidente sobre su salud y su capacidad de desempeño futuro, en línea con lo establecido en la normativa vigente sobre riesgos del trabajo.